Ya hemos hablado de la Biblioteca registro civil, de las Bibliotecas refugio (solidarias, humanas), Bibliotecas a las que se va en pijama, Bibliotecas boutique, Bibliotecas eróticas, Bibliotecas ferreterías y afines, Bibliotecas celestinas, Bibliotecas móviles, de… y ahora llega la Biblioteca discoteca.
Insistimos: no es cuestión de estar de acuerdo o no. Es casi como cuando seguimos preguntándonos si se integran o no las Tic (nuevas tecnologías, etc). La realidad es que los usuarios están cada vez más exigentes, más tecnológicos, más dispersos, más… Y que, desde este lado del mostrador, manejamos términos tales como prosumer, fidelización, experiencia del usuario, user generation content… por lo que toda esta “familia de conceptos” no puede dejar de llamarnos la atención y, como consecuencia, hacer algo al respecto. Es decir que, definitivamente, la cuestión de estar o no estar de acuerdo es casi obsoleta. No seamos caprichosos.
¿Cómo se presenta esta familia (los conceptos, las prácticas y la tecnología. La dispersión, la interdisciplinariedad y otras hierbas)? Se dan con el nombre de prácticas. Son, en algunos casos, lo que llamamos buenas prácticas, porque tienen éxito en sus iniciativas. Y a veces, solamente experimentos. Pueden salir bien, es decir, lograr que aumenten los visitantes físicos o reales al establecimiento, y puede que no lo logren. En ambos casos, lo aplaudimos, porque… el que no arriesga, no gana.
Así que llegan las Bibliotecas/Discotecas. Y ¡a bailar!
He aquí, la programación que damos como ejemplo: a las 20:30 horas, una actuación de «electro-lectura» de la autora y DJ Anne-Laure Jaeglé, inspirada en su novela Demande à la nuit. La acompañará Axel Rigaud para un encuentro híbrido entre literatura y música. Luego, a partir de las 22:00 horas, seis DJs diferentes irán rotando para hacerte bailar hasta el final de la noche.
La Biblioteca cobra vida. Es un lugar ruidoso, de creación y diversión. Ya pocas quedan con el sello de siglos anteriores.
El evento está organizado por los propios bibliotecarios. Pero no todo es así como así. De hecho, realmente tuvieron que cumplir tareas y requisitos que no son habituales en una biblioteca. Contó Fabrice Chambon, director de la Biblioteca Robert Desnos : “Tenemos una licencia para vender cerveza, y pedimos una empresa de preparación para emergencias y una empresa de seguridad. «…». La noche electrónica es una novedad, pero no es la primera iniciativa de la biblioteca Robert Desnos. «A menudo organizamos eventos. En los últimos 4 años, hemos incrementado el número de personas que acuden a nuestras iniciativas en un 100%. ¿Quedó claro?.
Conciertos, noches para adolescentes, apertura los domingos durante las revisiones del bachillerato… Una forma de demostrar que la biblioteca no es sólo un lugar de estudio, sino también un lugar de encuentro. Es un lugar de vida social en el que cada uno tiene la oportunidad de encontrarse, pero en el que también debemos acoger todos los campos de la creación. «. “A partir de estos comentarios y sucesos, una nueva definición contemporánea, actual, moderna, de ‘Biblioteca’ estaría desarrollándose: la de un espacio con un componente de eventos que propone muchas y diversas formas de creación que se articulan con las colecciones de la misma”. Agrega Chambon.
Porque nunca olvidemos esto. La articulación, no puede faltar. Recordemos que esto se hace para fidelizar usuarios, no sólo atraer gente sin ton ni son. Se fideliza para promover algo que se ofrece.
Anne-Laure Jaeglé abró la velada con una lectura electrónica: «decidimos los estados de ánimo y la atmósfera, nos adaptamos también al público. Axel toca con sonidos, ritmos: todo esto pasa por muchas miradas, dependiendo de lo que leo y de la reacción musical”. Esto me hace acordar al post del mapping. Hay que tener en cuenta varias cosas: no se pasa música y se lee libros. Se pasa determinada música, con determinado libro, en determinada circunstancia o contexto, con determinado público. Curaduría, siempre está de por medio la curaduría. Lo que da sentido a estos entrecruzamientos. Lo que da sentido a que en realidad se lleven a cabo estos eventos tan particulares. La curaduría es un ejercicio de asociación. De reflexionar sobre una variedad de cosas según el contexto o necesidades o público o…. Elegir. Seleccionar concienzudamente. Nunca hay que olvidar esto.
La Library of Congress no se queda atrás. Abrió las puertas del Edificio Thomas Jefferson para Gloria Gaynor Live: Disco Dance Party, una celebración de la cultura discográfica, la música, la danza y la moda, según la cuentan las colecciones nacionales. Otra vez, haciendo que el usuario vuelva indiscutiblemente al patrimonio del establecimiento…
Gloria Gaynor y su banda comenzó la noche con un show, conmemorando «I Will Survive» en la sección de Grabaciones. Después del concierto, la propuesta fue seguir el baile en la biblioteca. Los asistentes fueron invitados a llevar ropa de los años 70.
La «Bibliodiscotheque» incluyó dos meses de programas que enmarcaron el evento de Gloria Gaynor, entre otros.
Flamingo silencioso nació del encuentro de dos asociaciones, Amigos de la Biblioteca y Bangherang, ambas en busca de una nueva fórmula para saludar al verano con una fiesta. Se llevó a cabo en uno de los lugares más impactantes de Treviglio, el claustro del Centro Cívico Cultural.
Dice la wikipedia: “Aunque la idea de una multitud que baila con auriculares se ha puesto en práctica muy recientemente, el concepto en sí es más antiguo. Probablemente una de las primeras ocasiones en la que se representó a un grupo de personas llevando auriculares durante una fiesta fue en la película finlandesa de ciencia ficción Ruusujen Aika, de 1969.
La discoteca silenciosa designa un tipo de discoteca en la que los asistentes bailan mientras escuchan la música a través de auriculares inalámbricos. Se diferencian de las discotecas convencionales por reproducir la música mediante un transmisor de ondas de radio cuya señal llega a los auriculares que llevan los asistentes, en vez de utilizar altavoces. (…).” Luego irán surgiendo ciertas variantes que no abarcaremos en este post: el mobile clubbing, el Silent gig, etc.
Los años 70: GENERATION TRAVOLTA fue una exposición de fotos, revistas y vinilos abierta a cualquier persona interesada en el horario de apertura de la BNCF Biblioteca Nacional de Florencia.
Una semana entera dedicada a los años 70 dentro de la bella e histórica Biblioteca Nacional Central de Florencia. I Love Disco organizó una exposición, un talk show y un evento de danza. En este caso, en realidad, fue solo un lugar. Como con el caso de los casamientos… un poco menos interesante que el ejemplo de la Library of Congress.
Tal vez por esta misma razón, profesores universitarios protestaron. O tal vez porque no fueron convocados…
Lo llamaron “búsqueda espasmódica de fondos de supervivencia, bajo el lema de ‘cueste lo que cueste’, utilizando también opciones inadecuadas y arriesgadas. (…) Una fiesta que ha transformado la mayor biblioteca conservacionista italiana en discoteca. No se ha pasado por alto la ocasión disfrazada: luces de colores en la fachada y en el interior, fuera de la entrada para defender la celebración de seiscientos a setecientos invitados que han acurrucado en el atrio y pasillos para diversos bailes y espectáculos, de nueve a tres de noche. (…) hay muchos episodios desafortunados: como el estiércol físico encontrado por el personal de limpieza en lugares no personales, junto a vidrios rotos y otros restos de buenas noches. (…). El uso indebido de un edificio histórico parece intolerable y no tiene nada que ver con la necesidad de extender el uso del patrimonio cultural, según la tesis inadecuada de la Dirección. No sólo porque la Biblioteca avanza así hacia una comercialización del edificio, reducida a invertir su finalidad, (…). En la que el mobiliario y los instrumentos electrónicos, así como los catálogos y almacenes, que no están cerrados en su interior, permanecieron una noche a merced de extraños, totalmente ajenos al valor y significado de la Biblioteca que desconocían”.
Creo que ni una cosa ni la otra. Se puede “usar” una institución de manera responsable, como se hizo en el primer ejemplo: con licencias, cerrando ciertos espacios, incluyendo a los locales (bibliotecarios) y, al mismo tiempo, sacarle polvo a las cosas, desacralizar, aprovechar, fidelizar, etc.
No creo que haya que cerrar las puertas, sino abrirlas con discreción y muy especialmente, con criterio. La necesidad sí existe, contrariamente a lo que los profesores italianos bregan. ¿A cualquier precio? No. Pero a cierto precio, sí. Cambiando un poco los roles, reformulando prejuicios y estatutos. Se puede bailar, escuchar música y no por eso se está faltando el respeto a la institución. Se debe curar lo que se hace, se debe buscarle sentido al espacio que se utiliza.
¿En mi casa está permitido bailar, fumar, gritar, comer, leer? Sí, y si alguien pisara o defecara en mis películas, no sería porque “¡y claro, en una casa, no se hacen esos eventos!”. Sería solamente porque, sin darme cuenta, entró un maleducado. Y un maleducado lo es, sea cual sea la institución o el establecimiento en el que se desarrolló la actividad. Inclusive, mi casa. invitados.
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