Hace unas semanas, se llevó a cabo la entrega de los Premios VivaLectura 2020. Obviamente se hizo por videoconferencia. Para mí, además de ser un honor que me hayan convocado como jurado fue, una vez más, un aprendizaje y un descubrimiento de aquello que sucede “del otro lado del mostrador”.
¿Qué quiero decir con esto? Simple: escribimos y nos llenamos la boca de lo que dice, hace o piensa el adolescente y nunca tenemos la humildad de ir a preguntarles directamente a ellos. O, en este caso, juzgamos y analizamos los trabajos de los docentes y, muchas veces, desconocemos toda la cocina que hay por detrás. O al revés: lo que cuentan no es lo que hicieron. Para bien o para mal. Veamos qué sucedió en este caso en particular. Pasen y vean.
Respecto al primer ejemplo: no escuchar a los adolescentes, pudimos, medianamente subsanarlo con Carina Lion y lo describimos en el capítulo que coescribimos (les dejo el enlace). En el segundo, nos pasó esto:
Somos un equipo. Marcela Lalia, Julieta Bentivenga, Andrea Talamoni y yo fuimos designadas para revisar los proyectos que se presentaron en la categoría: “Entornos digitales”. No siempre se entiende lo que esto significa pero, en grandes rasgos, son proyectos que se desarrollan teniendo en cuenta la inclusión inteligente de las tecnologías. No es pasar de lo analógico a lo digital automáticamente -gran discusión que se tiene con los docentes acerca de esto-. Poner un mapa en la computadora no significa que estemos digitalizando la clase de geografía. Es mucho más que eso. Es pensar la clase, desde el inicio, con otra cabeza, porque son otras las herramientas y otros los entornos en los que se va a desarrollar el contenido. Ya lo veremos con un ejemplo concreto.
En todo caso, lo que más nos llamó la atención de los proyectos es que, cuando tuvieron que “defenderlos” en la entrega de premios, distaron de presentar justamente aquello que más nos había interesado, y por lo cual le habíamos dados los premios. Voy a focalizarme en el primer premio:
Título del proyecto: Literatura en red / Redes de lectores y lecturas. Apellido y nombre de la docente responsable: Malik de Tchara, Cecilia. Institución a la cual pertenece: Colegio Gabriel Taborin Córdoba, capital:
“La iniciativa propone a los alumnos de 5.° año desarrollar nuevos hábitos de lectura, construyendo itinerarios donde dialoguen producciones consagradas con sus propias actividades de escritura incorporando diversos recursos tecnológicos. (…). A través de la selección de un tema se trabaja con un corpus de textos narrativos, poéticos y dramáticos que los alumnos leen en sus casas y después debaten en clase (¿Flipped classroom?). (Actividades propuestas) Por ejemplo: grabar un video como booktuber; hacer un audiolibro o libro-álbum; crear un perfil en Twitter de algún personaje del texto y narrar los hechos desde ese personaje; filmar un tráiler basado en la obra leída; hacer una línea de tiempo digital en la app myHistro con los principales núcleos narrativos; escribir la síntesis argumental de la obra en un hipertexto; armar el perfil de Facebook de un personaje y hacerlo interactuar con otros creados por distintos grupos. La experiencia permite que los alumnos se conviertan en productores de sus propios textos orales, escritos y audiovisuales (Transmedia) y puedan construir -en diálogo con otros y a través de algunas actividades conjuntas- distintos significados de las obras leídas”.
Como habrán podido leer, se nombraban una serie de actividades posibles, pero éstas no eran en sí mismo originales. Lo original residía en que, por ejemplo, si se proponía abrir un facebook de un personaje, este personaje ni siquiera existía en el texto elegido o era un personaje secundario. Siempre había una vuelta de tuerca en los videos o textos que se presentaron como anexos.
Lo que estoy tratando de decir es que creo que ni los ganadores se habían dado cuenta de lo que estaba logrando con su iniciativa, por ejemplo, un proyecto transmedia o una especie de flipped classroom, conceptos que agregué entre paréntesis en la descripción dada en el proyecto. Una apertura llena de epifenómenos partiendo de un universo que era tan interesante y rico (no todo es transmediable. No lo olviden), que había pocos alumnos que no se sintieran convocados de uno u otro modo.
Vuelvo al tema del pasaje de lo analógico a lo digital o de las plataformas que difieren y que deben ser estudiadas y analizadas una por una. En un momento Cecilia nos contó que ella había propuesto que trabajaran un personaje y que abrieran su Facebook. Los alumnos, inmediatamente dijeron: “Facebook ya fue, mejor hagamos un twitter”. Y entonces la respuesta de la profesora fue: “bueno, entonces, tengo que pensar todo de nuevo. Twitter no es Facebook, tiene otro idioma, otra estructura, ergo, otras estrategias”. Esto es entender lo digital. No es que pasó automáticamente a poner todo lo que había pensado en Facebook a Twitter. Fue, como dijimos, pensar desde el inicio, de otra manera. Cecilia comprendió que cada red tiene su sistema, su idioma, su estrategia. Pueden ver este comentario en el video que les dejo.
Los docentes deben estar en contacto con los deseos y las habilidades de los alumnos minuto a minuto: lo que quieren hacer y por qué quieren hacerlo. Y desde allí empezar a ayudar, a guiar, a proponer actividades. No es al revés. El aprendizaje es una cooperación en la que el docente propone, el alumno propone también y finalmente el docente dispone.
Una voluntad por promocionar la lectura desde un aprendizaje en conjunto. Teniendo en cuenta la currícula y los deseos o habilidades de cada uno de los alumnos. La promoción de la lectura no implica una imposición o, en todo caso, es una imposición velada pero que puede tornarse en placer.
Hay que leer, por supuesto, pero hay que poder enseñar a leer de varias maneras. Y el primer premio, lo demostró con creces.
Les dejo los videos de algunas de las actividades para que entienden el universo transmedia, los entornos digitales, la inclusión inteligente de las Tic y la vuelta de tuerca, entre otras cosas:
Una muestra de la apertura de este equipo fue también incluir autores que pocas veces incluimos. Ellos lo hicieron con un gran autor de moda. Les dejo el enlace. No se asustaron. Fueron, escribieron y lo tuvieron.
“En el marco de la asignatura de Lengua y Literatura, en el año 2019, los estudiantes de 5to Año leyeron la novela del escritor sueco, Jonas Jonasson, que se llama «El abuelo que saltó por la ventana y se largó». Luego de generar un intercambio con el autor a través de redes sociales, se logró pactar una entrevista para el 2020. Por diversas situaciones de público conocimiento, en el mes de junio, pudo hacerse realidad. A la entrevista asistieron de manera optativa los alumnos que habían leído el libro, que son los que están en 6to Año; y se ofrecieron para llevarla adelante Agustín Viglianco y Lucca Libretti:
Compartimos con ustedes la entrevista completa en inglés para quienes deseen disfrutarla”.
La promoción de la lectura es ya una tarea complicada en sí misma. No a todos les gusta leer, menos escribir. La promoción de la lectura en entornos digitales es una tarea no más complicada, sino otra tarea. Sin embargo, ambas tienen el mismo objetivo: amar la lectura.
Poder contar con una categoría especial demuestra que hay diferencias y me parece importantísimo premiar a quien, a pesar de ellas, logra un trabajo maravilloso.
¡Por más trabajos que se enmarquen en esta categoría, y por más vida a esta categoría pocas veces diferenciada!
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