Ya hemos hablado, en otra ocasión, de la importancia de salir a buscar lectores. Si Mahoma no va a la montaña… y hablamos de bibliotecas que se instalan en peluquerías, en antiguas cabinas telefónicas, en las puertas de privados, en los trenes, taxis y otros medios de transporte, etc.

Pues hoy, hablaremos de las bibliotecas que se imponen en las lavanderías. Antes, quisiera decir que esto guarda, de algún modo, relación con lo que venimos hablando en los últimos posts sobre los “espacios”. Y les explico por qué. No es que se crea un espacio en particular pero sí que ese espacio tiene determinadas características que invitan, convocan a la lectura. En este caso, son espacios de “espera”. Un espacio de transición. Ni que hablar de las salas de “espera” de consultorios, hospitales, etc. lo que sería un espacio “literal” de espera.

Hablamos de lugares en los que uno espera, pasa tiempo, se aburre… y bien vendría una biblioteca. Hace poco, le ofrecí a mi jefe crear una app para ofrecer en los aeropuertos. Veníamos viendo las apps en las estaciones de subte y etc. Por supuesto, no me dio bola. Pero hablaré de ello en el próximo post (sobre aviones y aeropuertos).

Lo que voy a describir es más una costumbre norteamericana que argentina, pero igual, cuenta. Es raro ver acá gente esperando en las lavanderías. Uno va, deja la ropa, y la viene a buscar otro día. Igual cuenta como ejemplo.

En Detroit, Estados Unidos, se instalaron bibliotecas en tres lavanderías como parte de un programa de acceso a la cultura. A principios de noviembre, la ciudad organizó el programa Wash & Learn el 1 de noviembre. «Día de Lavandería Gratis» incluia lavandería gratis y otras actividades: conciertos, refrigerios, artesanías infantiles, etc. Y pot supuesto, bibliotecas.

La idea de colocar una biblioteca en las lavanderías llegó a la ONG gracias a Chang, que estaba de gira por Nueva York con las famosas Ideas Boxes, las cajas de supervivencia cultural de  Bibliothèques sans frontieres (BsF): «Intenté en las esquinas, parques, estaciones de metro, pero la gente siempre corría de un lugar a otro. No fue hasta que pasé por una lavandería que pensé: ‘¡Este es el lugar perfecto para una biblioteca!'».

Dentro de las lavanderías, BsF instaló un punto de acceso WiFi, el «KoomBook», que crea un punto de acceso WiFi que los clientes de la lavandería pueden utilizar para acceder a contenido educativo precargado a cualquier hora del día, para todas las edades. La ONG ha seleccionado los contenidos con la Biblioteca Pública de Detroit y los actualizará regularmente.

Este programa, entonces, transforma las lavanderías en espacios de aprendizaje informal donde los clientes pueden tener acceso a materiales de alfabetización y aprendizaje temprano de alta calidad mientras esperan a que su ropa se lave y seque.
La sucursal Parkman ofrece una amplia gama de servicios e instalaciones. Qumisha Goss, bibliotecaria de la sucursal de Parkman, tiene la esperanza de que el programa Wash & Learn presentará a las familias los recursos disponibles en la Biblioteca Pública de Detroit. Tema que también ya hemos tratado en otros post: cómo sacar a relucir a través de diferentes estrategias, los materiales de una biblioteca o museo que, habitualmente, el usuario ni siquiera sabe que existe. Uno de los ejemplos que dimos fue el de twittear ciertos textos o frases o adivinanzas…

Como lo describe John Carr, oficial del programa: «usted tiene una audiencia cautiva (no hay modo de escapar a las dos horas de espera) y, además la posibilidad de involucrarse con la comunidad. Independientemente de lo que otros digan, las bibliotecas están floreciendo y llevando su mensaje a las calles, a las áreas que, de otro modo, podrían ser pasadas por alto. ¿Y no es esa la población a la que queremos llegar y a la que queremos servir?».

La organización no gubernamental Libraries without Borders, que ya hemos nombrado en otras ocasiones, junto con sus socios The DreamYard Project y Laundry Cares Foundation, también estableció el programa Wash & Learn en el distrito de Morrisania, Bronx, New York.

Saliendo a buscar lectores y pensando en qué espacios estos lectores nos están, particularmente esperando con ansiedad.