El otro día, mi sobrino Federico me dijo: “Betu, miráte este video”. Le dije que no me interesaba mucho el tema (Blockchain), que, efectivamente, habíamos charlado sobre él en la última parrillada, pero que casi como cuando se habla del tiempo. -Y sí, esas son mis charlas de parrilla… (no comments)- pero que no me interesaba tanto como para verme toda una charla sobre el tema. Entonces, me retrucó: “no es sobre eso, es sobre vos”. Así que me tiré sobre el video a ver qué era lo que mi sobrino había visto de mí, allí.

Efectivamente, hablaba de mí. Primero, les recomiendo ver el video madre de todo este temita que, aunque hable de “gentrificación”, les aseguro que les va a interesar para saber sobre blockchain, su diferencia con una base de datos y, por sobre todas las cosas, porque es un extraordinario ejemplo para la localización de conceptos o cómo utilizar una metáfora o cómo explicar algo a través de otra cosa, etc.. Porque les aseguro que, a veces, explicar conceptos nuevos, ¡es bastante difícil!

Mi primera reacción fue tirarme a investigar sobre el concepto de “gentrificación”, profundizar. Ir más allá de las definiciones que Andreas M. Antonopoulos daba en esta charla, e intensificar, en mi post, sobre el tema del snobismo, sobre la era en la que todos los barrios, aunque queden en Luján, se llamen Hollywood, sobre el hecho de que la gente vaya a donde le dicen que tiene que ir y que, lo peor de todo, el lugar deje de ser tan interesante, justamente, porque esa gente fue. Me pasa todo el tiempo.

Como decía, lo que más me interesó de esta charla no fue el concepto en sí mismo, sino la metodología utilizada. Antonopoulos logra explicar los conceptos de “blockchain” y “bitcoin” a partir de explicar un tercer concepto, el de “gentrificación”. Esta metodología es la que, en varias ocasiones, intento utilizar en mis capacitaciones. Utilizar la “metáfora” que implique un trabajo de quienes me están escuchando, que no tomen todo al pie de la letra, que reflexionen, que puedan implementar lo aprendido, interpretando, trasladando, resignificando, etc. Resumo: mis capacitaciones, rondan, en general, en explicar y relevar ejemplos de tecnologías o herramientas y, en algunas ocasiones, su inclusión inteligente en la educación y la cultura. Mis ejemplos, como he explicado en varias ocasiones, no siempre son específicos del ámbito educativo. Pero tengo una razón para ello. Términos tan difíciles (algunos más, otros menos) tales como: web semántica, realidad aumentada, Internet de los objetos, etc. son conceptos que requieren de muchos ejemplos. Sucede que los oyentes piden ejemplos en el área específica de la educación. Y entonces la cosa se tensiona. Y comienzan mis “justificaciones”. No tienen ganas de reflexionar, re interpretar y todo lo que acabo de nombrar.

Esto es lo que respondo: “es importante entender que estos conceptos no nacen en el ámbito educativo. Generalmente, son conceptos que se desarrollan en ámbitos comerciales o gubernamentales. Piensen en la mismísima Internet (o en Minecraft que hoy está tan imbricado en la educación). Por lo que la mayoría de los ejemplos a nuestro alcance se alejan del área educativa. No obstante, lo que se requiere es lo que llamamos “localización” y, agrego, creatividad. No todo está hecho para su uso directo. Localizar implica “ubicar”, adecuar a nuestras necesidades. No copiar, no trasladar automáticamente, literalmente. Significa pensar un concepto a través de los parámetros de otro punto de vista. Como docentes tendríamos que contar con esta capacidad y creatividad de “apoderarnos” de un término y moldearlo. Si pretendemos no darles a nuestros alumnos todo masticado, y que desarrollen su capacidad creativa y crítica, somos los primeros que deberíamos dar el ejemplo.

En una charla, uno tira toda la carne al asador. No es un curso. Son 3 o 4 horas en donde uno luce las mejores ropas. Es evidente que la educación no cuenta con el mismo presupuesto que la NASA, y mucho menos que el cine. Los ejemplos educativos, salvo ejemplos que se cuentan con los dedos de una mano, son escasos, pobres (en fuegos artificiales), y no siempre muy completos. Y uno, en una charla no puede justificarse o poner excusas respecto a eso. Si yo quiero contar varios tipos de mecanismos, varios puntos posibles, necesito mostrar el ejemplo que cuente con todo. Así que, me disculpo una vez más por no tener tantos ejemplos en el ámbito que nos compete, pero creo que es mejor mostrar TODO y después hacer una búsqueda personal más específica según los casos”.

En este caso, nuestro orador estrella hizo algo similar con tan solo una frase que a mí me pareció brillante: “Si al blockchain le sacamos todo lo raro, lo interesante, lo prohibido, es solo una base de datos”. Y profundizó adentrándose en el término de gentrificación. Tal vez lo mío es un grado de abstracción enorme, pero les juro que, aún yéndose por las ramas con esta metodología, a mí me quedó clarísimo la diferencia entre blockchain y base de datos.

Esto es todo.

Ahora sí, para quienes les interese, voy a dejar las imágenes que guardan las frases que más hicieron mecha en mí, y que tienen que ver con la posibilidad de incluir lo “raro” sin perder la esencia o que, al contrario, si sacamos la “rareza”, todo lo demás ya no tiene sentido; en reírnos de la gente que repite sin entender, y que cree que es cool solo porque hace lo que todos hacen; y ser cómplices de la reflexión sobre las personas que toman un proyecto, y lo destrozan de tal manera que todo lo interesante, de verdad, se pierde; y las que, posiblemente, le guiñaron el ojo a mi sobrino. Transcribo las frases:

«I don’t want to live in a world of pastel colors, carefully curated advertising, marketing focused, tested phrases (…) I want to live in a world of colors, with creativity, with variety, with diversity, with ideas. Ideas that sometimes offend me and scare me that I don’t understand, with weird people around me… (…) because that’s where creativity comes from»

No quiero vivir en un mundo de colores pastel, publicidad cuidadosamente curada, marketing focalizado, frases testeadas (…) Quiero vivir en un mundo de colores, con creatividad, con variedad, con diversidad, con ideas. Ideas que a veces me ofenden y me asustan, que no entiendo, con gente rara a mi alrededor… (…) porque de ahí viene la creatividad

La habilidad que tiene para describir la diferencia entre blockchain y database me dejó completamente pasmada. Simple, sencilla, fácil y completamente comprensible:

«Yes, I’m interested in Blockchain, but not Bitcoin». When someone tells you (that) what they mean is «I don’t understand”. Or they’ve heard someone else say it and they think they can be cool if they say that too».

«Sí, estoy interesado en Blockchain, pero no en Bitcoin». Cuando alguien te dice (eso) lo que quiere decir es «No lo entiendo». O han escuchado a alguien más decirlo y piensan que pueden ser cool si lo dicen también.

«This is the first time we have a digital community that can’t be gentrified. Yo can plant your Starbucks at the corner, but you can’t kick out the weirdos. If you try to kick out the weirdos, we fork it and we take the neighborhood with us. The weirdos own this neighborhood for the first time ever and they can’t be kicked out. That’s beautiful, that’s what this is all about. For the first time, we now have digital communities that can’t be taken over, polished, sanitized, sterilized (…) My pledge, and the pledge of all other people who are in this because it’s weird is to keep it weird»

Esta es la primera vez que tenemos una comunidad digital que no puede ser gentrificada. Puedes plantar tu Starbucks en la esquina, pero no puedes echar a los raros. Si tratas de echar a los raros, la bifurcamos y nos llevamos al vecindario con nosotros. Los raros son dueños de este vecindario por primera vez y no pueden ser expulsados. Eso es lo hermoso, de eso se trata todo esto. Por primera vez, ahora tenemos comunidades digitales que no pueden ser pulidas, desinfectadas, esterilizadas (…) Mi promesa, y la promesa de todas las demás personas que están en esto porque es raro, es mantenerlo raro.

Como les decía al inicio, cuando terminé de escuchar la conferencia, aún pensaba que solo era una conferencia más y empecé a buscar sobre el término de gentifricación que, en realidad, concierne más a campos que no me interesan en este momento, o que me interesan pero no me competen: el urbanismo, los movimientos migratorios y sociales, etc. Por lo que transcribiré algunas definiciones para aquellos que sí les interese, o como cultura general:

“La palabra “gentrification” fue acuñada por la socióloga Ruth Glass, que la empleó en 1964 para describir los cambios en las características de algunos barrios del Norte de Londres: ‘One by one, many of the working-class quarters of London have been invaded by the middle-classes – upper and lower. (…) Once this process of ‘gentrification’ starts in a district it goes on rapidly until all or most of the original working-class occupiers are displaced and the whole social character of the district is changed’”.

«Uno a uno, muchos de los barrios obreros de Londres han sido invadidos por las clases medias – altas y bajas-. (…) Una vez que este proceso de «gentrificación» comienza en un distrito, continúa rápidamente hasta que todos o la mayoría de los ocupantes originarios de la clase obrera son desplazados y todo el carácter social del distrito cambia«.

Ficción Inmobiliaria from Museo de los Desplazados on Vimeo.

“Para españolizar el término, se ha propuesto elitización, aristocratización o aburguesamiento,​ aunque, de acuerdo con Fundéu, algunas de estas alternativas propuestas, (…) no recogen los matices de este proceso”.

A partir de la evolución del término y de la sociedad, y también del paso de los años, la gentrificación llega a situaciones más cercanas a lo que Andreas M. Antonopoulos comentaba: “Esta tendencia se ha acelerado en los últimos años, cuando la Generación Y (individuos nacidos entre 1980 y 2000) ingresó al mundo del trabajo y, obviamente, se mudó a la ciudad en lugar de a los suburbios”.

“Desde su invención, la connotación de la palabra ha cambiado y varía según los contextos culturales: en el mundo anglosajón, pasó al lenguaje cotidiano y ha perdido parte de su carga crítica (…)”. “Esta carga negativa sigue, sin embargo existiendo en algunos lugares. Solo algunos ejemplos: en Bélgica o Alemania, el término todavía se percibe como muy crítico (…).En Francia, (…) prefieren hablar de «bobos» o «boboïsation»; Inventado por el periodista estadounidense D. Brooks en la década de 2000, este término es la contracción de «bohemios burgueses», una clase de población adinerada que comparte valores de la contracultura de las décadas de 1960 y 1970. En Francia, fue particularmente utilizado en el momento de la campaña municipal de 2014: la palabra bobo se asocia con el voto de la izquierda en las grandes ciudades”.

«Sí, claro, el capitalismo siempre parece llegar cargado de regalos. ¿Calles más limpias, más seguridad, renovación de fachadas? No te digo que no, la cuestión fundamental es: ¿a qué precio? Yo te lo digo: al precio de desplazar a la gente que habitaba estos barrios”.

“Más del 70% de los recién llegados de Burdeos provienen de la región de París, y Burdeos es ahora una de las ciudades más caras de Francia para apartamentos más antiguos. «Sólo los muy ricos pueden vivir ahora en Burdeos, y muchos de estos recién llegados son parisinos», dice Vincent Bart, cofundador de la página de Facebook anti parisina Frente de Libération Bordeluche face au Parisianisme (Frente de Liberación de Burdeos contra el parisianismo). No estamos enojados con los parisinos. Estamos enojados con el municipio de Burdeos por sacar a los residentes pobres de los suburbios remotos.”

Perlitas: “Hay una app llamada Gentrify que puede mostrar a los usuarios cuánto van a aumentar el alquiler de un vecindario antes de mudarse. Combina datos de Craigslist , Yelp y Google Maps para ‘ayudar a la élite de la burguesía urbana a encontrar sus hábitats naturales’. Todo es muy irónico y, por supuesto, no cambia el hecho de que la gentrificación es un problema real. Pero los datos que proporciona son realmente útiles, independientemente de si este problema es importante para usted.”

Y la moda de los algoritmos también llegó hasta aquí: “Los analistas de datos intentan brindar a los defensores del desarrollo comunitario las herramientas que necesitan para luchar contra el desplazamiento y el declive económico.

Pero, ¿qué pasaría si existiera un sistema de alerta temprana que detecte dónde está por ocurrir la apreciación o disminución de los precios? Las herramientas predictivas como esta se han desarrollado en todo el país, sobre todo por investigadores en San Francisco . Y su valor es claro: los líderes de la ciudad y las organizaciones sin fines de lucro señalan dónde preservar las viviendas asequibles existentes, dónde construir más y dónde atraer inversiones comerciales con anticipación. Sus algoritmos pudieron calcular la velocidad y amplitud de la ola de gentrificación a lo largo del tiempo razonablemente bien, en general.”

Volviendo a acercarnos a la charla de A., leemos que hay una vieja historia, una leyenda urbana de que primero vienen los artistas, luego vienen los yuppies. ¿Pero es éste realmente el caso? ¿Son los artistas las «tropas de choque» de la gentrificación? Varias opiniones leídas, solo daré las conclusiones mayoritarias: “se encuentra poca evidencia de que las artes estimulen la gentrificación.  (…) ‘si bien el crecimiento de las artes ocurre en el contexto de la gentrificación, la presencia de las artes no está impulsando la relación. Por el contrario, los entornos gentrificados conducen al crecimiento de las artes’. (…) En la mayoría de los lugares, los artistas y los establecimientos de arte tienen poco que ver con la gentrificación. Es la gentrificación lo que atrae a las artes, y no al revés”. Tengo mis dudas.

Así que, agradezco a Fede porque primero, amo que me haya sacado la ficha, dos, que me señale a alguien que haga lo mismo que yo, en relación a usar ejemplos de otro ámbitos, tres, por permitirme haber entendido, grandiosamente, la diferencia entre blockchain y base de datos.

Para aquellos que se bancaron hasta acá, les cuento y confirmo y reitero lo que yo vi que vio mi sobrino, y que tiene razón. Soy así. Cuando llega la gentrificación o los Starbucks, o aumentan los precios porque se supone que somos todos tontos, me voy. Mi parrillita no necesita estar de moda.

PD.: Marta Mena se ha convertido, al menos en esta instancia, en mi fan o en fan del concepto de «gentrificación» y así, como quien no quiere la cosa, está desarrollando una visión selectiva que logra reparar en afiches como éste. La gentrificación llegó a estos lares… ¡Gracias Marta!