Dijimos, en el post anterior, que los lugares de espera convocan a hacer actividades que entretengan y que, indefectiblemente, nos saquen de ese in transit al que nos obligan. Hablamos ya de las lavanderías y hoy, como prometimos, de los aeropuertos.

Veamos algunos antecedentes, aunque los ejemplos que nombraremos, al principio, ya no existen. Cuenta Harriet Baskas que la primera biblioteca en un aeropuerto fue, en 1962. Aeropuerto Internacional de Nashville. Además de libros, la biblioteca ofrecía reproducciones de obras de arte.

Muchos aeropuertos de Estados Unidos se asocian con bibliotecas locales para ampliar las oportunidades de lectura. Muchas de estas asociaciones aprovechan las ventajas del Wi-Fi gratuito del aeropuerto y el hecho de que tanta gente ahora viaje con un e-reader, tablet, smartphone u otro dispositivo móvil.

En 2011, el Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale-Hollywood (FLL) y la División de Bibliotecas del Condado de Broward unieron fuerzas para crear el primer programa de aeropuerto que ofrecía descargas gratuitas de libros electrónicos a los pasajeros. Las pantallas que se encontraban en todas las áreas de reclamos de equipaje del aeropuerto, más tarde mostraron códigos QR que podían ser fácilmente escaneados para dar a los viajeros acceso a una biblioteca electrónica de más de 15,000 títulos gratuitos. No sabemos si aún existe.

La Biblioteca Estatal de Kansas ha llevado su campaña Books on the Fly al Aeropuerto Regional de Manhattan. Creemos que ya no existe. No puedo localizar el programa. En Pennsylvania, la Biblioteca Pública de Filadelfia ha establecido un espacio especial Wi-Fi gratuito en el conector Terminal D/E para llevar a los pasajeros a una página de bienvenida que ofrece acceso gratuito a libros electrónicos, podcasts de eventos de autor, fotos históricas de la ciudad y otros recursos. Y otra que parece que ya fue…

En marzo de 2012, la Biblioteca del Distrito del Área de Traverse de Michigan llevó su programa Books on the Go al Aeropuerto de Cherry Capital en Traverse City. La señalización con los códigos QR y las instrucciones se encontraban en las áreas de equipajes y terminales del aeropuerto con enlaces a una colección de obras literarias clásicas que se podían descargar gratuitamente. Y van…

Los pasajeros del Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma (SEA) podían descargar libros electrónicos gratuitos o llevarse a casa libros y revistas de papel gratuitos instalados junto a sillas mecedoras, gracias al galardonado programa Take Time to READ del Sistema de Bibliotecas del Condado de King (KCLS). Y no.

La Biblioteca Pública JPGBoise y el Aeropuerto inauguraron una nueva biblioteca digital en el aeropuerto. Seis computadoras ofrecían acceso a servicios de biblioteca seleccionados. Una zona de lectura y estudio con sala de estar, tres carros portátiles para dispositivos de pasajeros y múltiples estaciones de carga. El Aeropuerto de Boise ofrece WiFi gratis en todas sus instalaciones.

Desde diciembre de 2000, los pasajeros se encuentran con una colección que incluye 8.000 libros relacionados con la aviación, así como publicaciones periódicas, fotografías, dibujos técnicos, historias orales y material de archivo. Este es un caso especial porque la Biblioteca de la Comisión de aviación de San Francisco y el Museo de aviación Louis A. Turpen Aviation Museum se encuentran dentro del aeropuerto Internacional de San Francisco. No es un programa que se armó especialmente. Y, por sobre todas las cosas, porque es bastante limitada la temática. Pero, al menos, ¡existe aún!

Pero más allá de lo que nos cuenta Baskas, hemos localizado otras bibliotecas en otros aeropuertos de otros países y continentes.

El Aeropuerto Internacional Taoyuan de Taipei, en Taiwan ha abierto lo que llama la primera biblioteca electrónica del mundo, que ofrece 400 títulos de libros electrónicos. Tiene libros en chino e inglés, y alrededor de 2.000 libros en papel, en una sala de espera especial en la mayor de las dos terminales del aeropuerto. Los libros electrónicos se almacenan en unos 30 dispositivos: iPads e e-readers, en los formatos ePub y Zinio. El aeropuerto presta los aparatos por orden de llegada. Los pasajeros no pueden descargar los libros en su propio e-reader, limitando la utilidad del servicio. La duty free shop gestiona la biblioteca, que fue propuesta por la presidenta de Taiwán, Ma Ying-jeou. La tienda trabajó con el Instituto para la Industria de la Información de Taiwán, financiado por el gobierno. Definitivamente no comprobó si aún sigue este servicio. ¡Pero me gustaría hacerlo personalmente!

El Aeropuerto Schipol de Amsterdam abrió una biblioteca en la cual los viajeros pueden leer libros en papel, ver películas y escuchar música, a la vez que ofrece iPads y estaciones de recarga de batería para equipos electrónicos. Está dirigida a pasajeros en vuelos intercontinentales. Para las bibliotecas públicas holandesas, esto ofrece una oportunidad única de presentarse, tanto a nivel nacional como internacional.

La colección multimedia se centra principalmente en la cultura holandesa. Ofrece a los millones de pasajeros transferidos, que sólo están en los Países Bajos para cambiar de vuelo, la oportunidad de hacerse una idea de la cultura del país. Encontramos: ficción neerlandesa traducida en treinta idiomas, libros de fotos y videos que reflejan la cultura holandesa, música de músicos holandeses. ¡Y tienen twitter y facebook propios!!!! . Un bibliotecario está de guardia una hora al día para volver a guardar los libros y ayudar a los pasajeros a elegir algo para leer durante una escala. “Y sí, a veces la gente roba un libro», dijo la bibliotecaria del aeropuerto Jeanine Deckers, «pero tenemos aproximadamente 300.000 visitantes cada año y sólo entre 5 y 10 libros perdidos cada año, así que eso no es demasiado».

La Biblioteca del Aeropuerto de Tallinn está abierta las 24 horas del día y los usuarios pueden llevarse el libro a casa con el compromiso de devolverlo más adelante. O se lo puede llevar para seguir leyendo en el avión. Tiene sistema de autoservicio. Los libros han sido ordenados por idioma: inglés, estonio, ruso y otros. Los libros infantiles se encuentran por separado. Cualquiera puede llevar libros a la biblioteca del aeropuerto. También los convocan a dejar una inscripción en el libro: un pensamiento o deseo para el próximo lector o una nota de los destinos que este libro ha visitado. Puede dejar los libros en el mostrador de información del aeropuerto. Los libros infantiles son especialmente bienvenidos. Piden expresamente que no se donen revistas.

En 2012 se estableció en el aeropuerto finlandés de Helsinki una zona de intercambio de libros 24/7 para que los pasajeros pudieran recoger un libro, dejaran uno o simplemente pasaran tiempo sentados y leyendo.

«El intercambio de libros ofrece un momento de paz y la idea es reciclar y esparcir alegría, ya que a menudo la gente tira o deja el libro en el bolsillo del asiento del avión», dijo Johanna Metsälä, directora de experiencia del cliente de Finavia Corporation, que gestiona el aeropuerto de Helsinki. El punto de intercambio de libros está situado en el salón Kainuu.

La idea del Book Swap fue sugerida por los viajeros regulares. Finavia y Finnair enviaron a ocho cazadores de calidad que viajaban alrededor del mundo con la misión de desarrollar la experiencia aeroportuaria, y junto con su activa comunidad en red, los cazadores de calidad presentaron 260 propuestas de desarrollo de productos, y el punto de intercambio de libros fue una de las innovaciones más populares.

Los aeropuertos de Abu Dhabi Airports lanzaron, en 2016, su campaña de lectura, en cooperación con la Autoridad de Turismo y Cultura de Abu Dhabi, como parte del «Año de la Lectura», abriendo una biblioteca en el Aeropuerto Internacional de Abu Dhabi. Pero posiblemente sólo para esta campaña. 2016 había sido declarado «Año de la Lectura» por el Jeque Khalifa bin Zayed Al Nahyan, Presidente de los Emiratos Árabes Unidos y gobernante de Abu Dhabi, con el objetivo de motivar a la gente a leer más. Abu Dhabi Airports también lanzó otras iniciativas internas para promover la lectura entre el personal. Estos incluyen exhibiciones de libros en las oficinas centrales de la empresa y una selección de libros gratuitos que se distribuyen a todos los empleados.

Un poco más cerquita, tenemos el proyecto chileno: el concesionario del aeropuerto, Nuevo Pudahuel, en cada sala de embarque, ha instalado un punto de intercambio de libros. El punto, conocido mundialmente como “Book Swap” está abierto las 24 horas del día, los siete días a la semana. Esta iniciativa motiva a los viajeros a dejar los libros usados que ya disfrutaron y cambiarlos por nuevos. En las instrucciones se señala que es importante llenar un pequeño formulario en formato de calcomanía -sticker- en el interior del libro donde se puede indicar en qué lugares ha estado el libro y a quién pertenecía. Existen libros de todos los géneros literarios y para todas las edades, resaltando la literatura chilena para que el mundo conozca a los escritores nacionales.

Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), México, con el objetivo de dar valor agregado en el servicio y ofrecer una mejor experiencia de espera a los usuarios, pone en marcha, en colaboración con la Secretaría de Cultura, el programa “Leer Para Viajar Más Lejos”, con la intención de impulsar acciones de fomento a la lectura.
Bajo el lema: “Elige, Solicita, Lee y Devuelve”, los usuarios de servicios aeroportuarios pueden adentrarse en el mundo de la lectura previo al abordaje. Se ponen a disposición de los viajeros más de dos mil ejemplares, entre cuentos, ensayos, novelas y poesía, con el compromiso de devolverlos antes de abordar su vuelo.

Estudiantes de bachillerato y licenciatura, previamente capacitados por la Secretaría de Cultura, a través de la Dirección General de Publicaciones, trabajan como facilitadores y promotores de las colecciones que se exhiben en los aeropuertos.

Skyscanner, en 2013, llevó a cabo una encuesta a más de 10.000 viajeros poniendo de manifiesto que el cine es la mejor alternativa para disfrutar en un aeropuerto. Pero, a pesar del crecimiento de los e-books en la vida diaria, la lectura tradicional sigue siendo una opción popular para los viajeros, con el 32% de los votos y la tercera en el ranking. Los españoles, con algo más del 44% de los votos, son los europeos que más apoyan una biblioteca en el aeropuerto – un 12% más que la media europea- para crearse su propia sala de lectura.

Pero bueno, como vemos, las iniciativas son pocas y las que se conocen duran poco. Algo pasará. Tema para investigar. A mí me resulta una idea brillante. De más está decir que disminuiría ostensiblemente el peso de mi valija si, de tanto en tanto, pudiera leer libros de otros.