Y finalmente llegamos al último espacio, la Biblioteca/Museo/Escuela como un Espacio Performativo: es el espacio que apoya la creatividad e innovación de los usuarios a través de talleres, instalaciones y programas a los que los usuarios no tienen acceso en casa. El espacio performativo se basa en actividades creativas e innovadoras desarrolladas por los usuarios. Esto implica talleres de escritores, actividades con artistas, talleres de innovación, talleres de cine, etc. El espacio performativo normalmente requiere la disponibilidad de herramientas y materiales.

En principio, el espacio performativo puede dirigirse a todos los ciudadanos. Pueden ser los «aficionados» que buscan facilidades y nuevas inspiraciones; jóvenes del entorno empresarial creativo que buscan lugares donde puedan producir y presentar sus propios esfuerzos creativos, o empresarios creativos que necesitan lugares de trabajo y de encuentro. A veces, sólo se trata de incluir a los usuarios y activar el conocimiento que ellos no saben que tienen. Esto aumenta el sentido de pertenencia y compromiso de los usuarios en relación con la institución.

Ya habíamos hablado de este tema también en otro espacio: a veces no se puede consultar porque ni ellos mismos lo saben, entonces, una vez más, la estrategia es un espacio que motive, invite a curiosear. Esto es estrategia. Tener un objetivo claro: pongo una mesa para que la gente la rodee porque mi estrategia, mi proyecto es que trabajen de manera colaborativa, porque quiero que aprendan a comer, porque quiero mostrarles la relación silla/mesa. Primero queda claro mi objetivo. Después recreo una infraestructura que acompañe mi objetivo. No pongo una mesa por que sí…

Ejemplos:
Mediante el uso de la «Mesa Comunitaria», la Køge Library ha creado un espacio performativo, que cambia de acuerdo a las necesidades del usuario. Volvemos al concepto recurrente de flexibilidad, de transformación según necesidades de los usuarios. Una semana, la Mesa Comunitaria quedó completamente neutra para saber qué podía hacer por derecho propio. Aquí, los usuarios utilizaron el espacio como sala de reuniones. Siguiente semana, se colocaron sobre la mesa una serie de objetos diferentes, lo que hizo que la Mesa Comunitaria se convirtiera en un espacio de inspiración. Otra semana, la mesa estaba tripulada (coucheada, dirigida), convirtiendo el espacio en un espacio de aprendizaje.

Independientemente del tema de la Mesa Comunitaria, fue la interacción entre el espacio y los usuarios la que creó el comportamiento en cada caso.

En principio, las actividades performativas pueden tener lugar en cualquier lugar del espacio de la biblioteca, dependiendo de la medida en que la actividad genere ruido, exija tranquilidad y concentración o requiera instalaciones especiales. Preferiblemente debería ser visible en el sentido de que señale claramente cuáles son las posibilidades para que la gente de afuera sienta curiosidad por saber qué ocurre.

La consulta. El trabajo en equipo. La co-creación. La co-reflexión, diría yo. Es ésta la concepción de innovación que creo, el espacio debe proprorcionar. Una forma en función de un contenido. Una infraestructura que estimule el desarrollo de capacidades que conllevan a la innovación como herramienta y también, en algún aspecto, al objetivo.

Innovación impulsada por el usuario, co-creación e implicación del usuario. Este concepto implica un diseño centrado en el usuario y basado en una comprensión profunda de las necesidades de los mismos. Si no preguntamos no podemos construir. Un espacio innovador es para un usuario que exige esa necesidad o habilidad. Aprender a escuchar y actuar en consecuencia.

Y no sólo eso. No se trata solo de preguntar a los usuarios, sino de observarlos y comprender cómo se sienten. Los procesos de co-creación no se basan sólo en un enfoque en los deseos de la organización o usuario individual, sino en un enfoque y una comprensión de las situaciones y necesidades de los usuarios.

Entonces: aprendizaje formal e informal; aprendizaje dentro y fuera; desarrollo de la creatividad autónoma (makerspace, fablab, entre otros); personalización del aprendizaje (recorridos y elecciones diferentes de materias, formatos, espacios, dispositivos, etc.); concepto de usuario prosumidor y diferenciado (familia, alumno, padres, profesores, docentes, millennials, adultos mayores, etc.); flexibilidad (horaria, espacial, temática), trabajo colaborativo; interdisciplinariedad

El proyecto arquitectónico debe ponerse al servicio del proyecto pedagógico, no al revés. ESO, para empezar. A una mesa puesta porque sí, en general, una se la lleva por delante.