¿Lo qué?. Primer tema, ¿qué es un beacon?

La geolocalización es el proceso que utiliza tu dispositivo (celular, tablet, etc.) para determinar tu ubicación geográfica (es decir dónde estás en un momento dado) mediante una señal de Internet. Por ejemplo, las aplicaciones de mapas utilizan la geolocalización para saber hacia dónde vas, qué ruta tomar, dónde está la pizzería más cercana…

Las balizas o beacons proporcionan una forma offline (cuando no estás conectado o no tenés wi fi) de aprovechar la geolocalización. Son pequeños pedacitos de hardware (especie de piedras) que se pueden colocar en cualquier lugar para atraer a los usuarios de teléfonos inteligentes sin necesidad de una señal de Internet. Utilizan tecnología bluetooth de baja energía para enviar alertas a los smartphones. La mayoría de las balizas actuales se pueden ajustar a un rango de aproximadamente 2 a 50 pies. Algunas balizas más nuevas de alta gama llegan a casi 250 pies. Cuando un smartphone entra en la valla (en ese espacio) se envía una alerta.

Las tiendas pueden utilizar balizas para ubicarte en la tienda misma, observar tus actividades y ofrecerte contenidos multimedia y ofertas promocionales relevantes en función de tu ubicación. Los beacons también se pueden utilizar para realizar un seguimiento de tus pasos, lo que ayuda a los establecimientos a tomar decisiones sobre la colocación de objetos (en nuestro caso, libros) y los mensajes contextuales. Acomodar estratégicamente sería…

Sintetizando, estoy en una biblioteca y las balizas permitirían saber por dónde estoy caminando, cerca de qué estantería o libro estoy, etc. Al ver que muchos caminan por cierta zona, ayudaría a darse cuenta de qué libros son más requeridos, etc.

Mientras que las balizas por sí mismas sólo proporcionan la ubicación de un usuario, se puede sumar una app para recolectar, primero, una variedad de datos de usuario, como nombre, correo electrónico, preferencias de marca, conexiones de redes sociales, datos demográficos y mucho más. De hecho, la aplicación es clave.

“Hemos de tener en cuenta por eso que un iBeacon, sólo se comunica con una determinada aplicación, por lo que sólo recibiremos una notificación si tenemos descargada esa aplicación y le hemos permitido ubicarnos. No recibiremos iBeacon de forma indiscriminada, sino sólo de las aplicaciones a las que les permitamos acceder a nuestra localización”. La única información recopilada a través del beacon es la ubicación de los teléfonos inteligentes dentro del rango. Esto se llama un sistema opt-in: requiere la aprobación previa del usuario. Por eso, también, la aplicación.

Sintetizamos otra vez. La baliza nos ubicó, registró cerca de qué libro estamos, pero para poder, después, entregar material sobre esa elección mía, necesita, además, otros datos para enviar ese material extra. Y es ahí donde es necesario tener una aplicación. El combo sería: baliza + aplicación + usuario.

Los beacons forman parte de la realidad aumentada así que retomamos, una vez más, algunas definiciones que explicarán, aún más, ese tipo de información “extra” que se nos va a proporcionar.

La realidad aumentada es una tecnología que “aumenta” la información con la que uno cuenta habitualmente, agregando data digital. Por ejemplo: quiero ir a un restaurant y necesito más información del tipo “qué se sirve acá” “comentario de usuarios” “cómo llego” “cómo el cocinero prepara el sushi”, etc. En dos palabras: información extra. Esta información extra es lo que llamamos el contenido aumentado, que agrega valor.

Les dejo el primer power point (viejito, él) pero que los introducirá en los primeros pequeños detalles técnicos y no tanto de la RA y de los códigos QR (definiciones, cómo funciona, lectores, escaneadores, generadores, etc.).

Queremos, definitivamente, una realidad aumentada, no duplicada y mucho menos inflada. Cuando digo que la RA debe ser algo más que una cara bonita, intento explicar que aplicar esta tecnología debería, de algún modo, cambiar la realidad que nos circunda. Con la realidad aumentada se enseña a decir más en menos (superficie). Los visitantes/prosumers intentarán buscar contenidos que aporten algo.

Los beacons o de la tecnología iBeacon, es una tecnología presentada a finales del 2013 por Apple, que recoge señales de radiodifusión en distancias cortas de piezas de hardware llamadas Beacons. Es diferente a la realidad aumentada (como lo son los QR respecto a la RA propiamente dicha). Sin embargo -e insistiendo con el objetivo que perseguimos los NO tecnólogos- podríamos decir que sirven para lo mismo: un “algo” dado por la biblioteca u otra institución, creado con anterioridad, que el prosumer “lee”, “decodifica”, etc. a través de un dispositivo por el cual le llega ese “algo” (contenido extra) de diversos modos (en el caso de las balizas, a través del bluetooth).

La tecnología iBeacon es compatible con Android pero es necesario que el dispositivo soporte Bluetooth 4.0. Las funciones que podemos utilizar con nuestros dispositivos son Advertising, Monitoring o Ranging (para saber más, te sugiero este post). Lo que intento explicar es que lo tecnológico hace que la diferencia se dé a través de la diversidad en cuanto a aplicaciones, plataformas, formatos y calidad o capacidad de la información, pero no al hecho de que se transmite y, por ende, se recibe una información extra, aumentada.

Retomamos. La tecnología de bajo consumo de los beacons se da, como decíamos, a través del bluetooth y a partir de la proximidad (cercanía) a la información previamente establecida por la institución. Nos acercamos, por ejemplo, a un estante de la biblioteca y se activa un proceso por el cual a nuestro celu (o tablet) nos llega información sobre los libros que allí estén. Lo que sí se puede ver y apreciar es que la tecnología va “restando” pasos (usabilidad). No hay que escanear códigos, no hay que apretar botones (audioguías), solo hay que estar cerca.

Tenemos el libro pero todo lo que lo rodea: su autor, su historia, sus personajes, su escuela literaria, etc. debe lograrse transmitir en muy poco. No se puede llevar una enciclopedia en el bolsillo. Porque si llegamos a casa y leemos la enciclopedia, ya no es lo mismo, no tenemos tanto tiempo, no es información curada, no es en tiempo real y además no podemos contárselo y mostrárselo a nuestros amigos… La información correcta, entregada en el momento oportuno, aumenta la participación y el compromiso, es lo que hace la diferencia.

Pero así como comentábamos algunos problemas que podían aparecer con el uso de la RA (falta de conectividad, manipulación simultánea complicada) o con los QR (ilegibilidad del código, poca usabilidad al llevarnos por varios pasos), debemos comentar que la iBeacon tiene lo suyo: para la instalación de balizas, de hecho, debe ser evaluada la planimetría y la morfología del lugar debido a que los rayos pueden superponerse y crear conflictos. Cuando esté más o menos equidistante de dos obras en las inmediaciones de la aplicación no siempre sugiere la tarjeta correcta de la obra que estamos viendo, sobre todo porque no siempre, dada la presencia de otros visitantes, uno puede posicionarse delante o al lado de la obra que nos interesa.

Por último, es importante saber que el contenido multimedia que intenta llegar a través del iBeacon arrasa con la batería de tu dispositivo. No es casualidad que algunos museos como el Museo Boerhaave en Leiden, antes de decidirse por esta tecnología, hicieran una encuesta: la mayoría de los encuestados no estaban dispuestos a ver disminuida la capacidad de su dispositivo. Una posibilidad es proporcionar un lugar para recargar la batería o soluciones similares. Todas observaciones brillantes experimentadas y compartidas por Luigina Foggetti.

Algo similar sucedió con el Brooklyn Museum. Si realmente está interesado en, al menos, intentar con los beacons, lea estos comentarios o conclusiones dadas por todo tipo de pruebas (empresas, ubicaciones de los beacons, estética, etc) a las que dicho museo sobrevivió… según Jennie Browne.

En definitiva, y a pesar de los desafíos técnicos y logísticos involucrados en aplicaciones de RA, beacons, QR y etc., podemos decir que a los niños y jóvenes, a esta generación Z que sólo te concede 8 segundos de atención y a la que los museos intentan llegar, les gusta.

Para ello, es necesario pensar muy bien qué objetos subrayar con este tipo de tecnología. Tener en cuenta todos los problemas “reales” tecnológicos (identificar puntos claves donde la señal de internet o la falta de ellos, etc.) pero no dejar de tener nunca en vista lo que queremos decir. Juro que no voy a repetir que la realidad no es simplemente una cara bonita…
Pero dejo un twitter que leí hace un par de días, que me sacó las palabras de la boca: “Technology is the service that enables the story to be told but story is first” @thisisIF on neurogames.

No pretendo cambiar el mundo, ni creo que la RA (incluyendo QR, beacons, google glass, etc) lo haga, pero sí pretendo intentar aportar mi granito de arena. Y creo, definitivamente que la RA bien utilizada puede ser una buena “herramienta”.

Vayamos, entonces, a las bibliotecas.

Un usuario puede poner su dispositivo cerca de un estante en particular y ver una lista de artículos localizados en esa sección. Por ejemplo, si una biblioteca ofrece una fila de estantes con “Novedades”, uno puede ver los artículos lanzados ese día usando su dispositivo y un beacon ubicado en el estante.

Los dispositivos pueden medir el tiempo que una baliza permanece dentro del alcance. El personal puede ser notificado si un lector pasa una cantidad excesiva de tiempo en un área específica. Posiblemente es porque necesita ayuda para buscar o localizar algún libro o artículo, etc.

Una de estas “piedritas” también podría enviar una notificación sobre los próximos eventos para los niños a medida que uno de sus padres entra en el área infantil, por ejemplo. O mensajes sobre los próximos cursos de computación si la baliza rastrea a los usuarios que ingresan al área de computación de la biblioteca.

Muy interesante el trabajo de la Library of Florida. De fácil lectura y puede esclarecer algunos conceptos si aún te quedan dudas.

Esto es del 2016. Creating a Beacon Campaign for your Library using Beaconstac (creando una campaña con beacons en tu biblioteca usando Beaconstac) Solo falta verificar si sigue funcionando y ¡pedirlo! ¿qué biblioteca se anima?.

No voy a mentirles. Estuve todo el día buscando bibliotecas en el mundo que usaron beacons. No encontré. Aquellos que lo usaban… no sé qué pasó. Nadie volvió a nombrarlas. Posiblemente no funcionó. Yo, sin embargo, lo intentaría. Probamos tantas cosas…

Es algo económico. Podemos pedirle a Google que nos de una mano… De verdad, lo intentaría porque cumple la misma función que otras cosas que sí funcionaron pero que ya quedaron olvidadas, viejas y obsoletas. Con probar….

Links
¿Cómo funcionan los beacons?