En varias oportunidades, hablé del único servicio de autoformación en el que trabajé. Insistiré con algunos puntos, refrescaré otros y explicaré por qué, 5 años después, sigo insistiendo en el tema, a partir de mi participación como moderadora en el segundo Festival de Ideas que se llevó a cabo en Jujuy.

En 2004 preparé mi tesis trabajando en la Biblioteca Pública de Información (Bpi) del Centro George Pompidou, en Francia, en el servicio de referencia. Sin embargo, y como es costumbre en dicho establecimiento, uno debe desarrollar tareas en otros servicios. Así que en algún momento, pasé por el servicio de autoformación, pero de manera muy fugaz.

dscn3804En 2011, obtuve una beca (Programme « Profession Culture ») ya como profesional, para trabajar en varios servicios: Webmagazine, animation réseaux, médiation numérique, Autoformation (e-learning et formation à distance) y Bibliosésame (réponses à distance), éste último antes llamado RADIS, servicio de referencia que ya nombré.

Mi monitor y mi oficina tenían vista a la Fontaine Stravisky, famosa ella, privilegiada yo. Y allí pude zambullirme de lleno en el servicio al que hoy me voy a dedicar a describir.

El servicio de autoformación de la BPi es un servicio que se encuentra dentro de la biblioteca. Habitualmente, en las bibliotecas, al menos en esa época (y menos aún en 2004), no se tomaban cursos.

Sin embargo, en la Bpi decidieron que una de las cosas que uno podría buscar es que lo ayuden a aprender. Pero como los bibliotecarios no son profesores, lo que hacen es ayudar a encontrar un curso con el que uno, por sí mismo, se sienta cómodo (más tradicional, más visual, más lúdico, menos rígido, etc.).

Entonces, en el primer piso, nos encontramos con el espacio de Autoformación, dedicado, justamente al autoaprendizaje. Uno dispone de todos los documentos, aplicaciones, software, videos, audios, etc. necesarios para revisiones escolares, preparar concursos, aprender y ejercitarse en el código de la ruta, aprender una lengua extranjera, mejorar sus competencias informáticas…

La misma interfaz que tienen los bibliotecarios en sus computadoras, la tiene cada usuario en un lugar que le otorgan; así que uno mismo puede ver qué y con cuál o cuáles métodos aprender.

Bibliothèque publique d'information

Bibliothèque publique d’information

El servicio tiene un catálogo importante de material para autoformarse. En realidad, los bibliotecarios se ponen ellos mismos como conejitos de indias para probar, y buscar nuevo material que la biblioteca compra para tal fin. Es decir que hacen lo que se llama una veille en busca de cosas nuevas para la autoformación, una vigilia de materiales posibles.

La mayor cantidad de pedidos es para aprender idiomas. Un 50% del material es para el estudio del francés, un 25% para el inglés y después todas los demás: español, japonés, etc. Entonces ellos mismos prueban los métodos para ver si son interesantes, y recomiendan hacerlo con una lengua que uno desconozca completamente.

Diferente es con la informática, para comprar una aplicación de autoaprendizaje en este tema, mejor saber algo, sino uno no puede evaluar cuán bueno es el método. ¿Cómo saber si una aplicación, no siendo profesores como el caso de los bibliotecarios, es buena (pedagógicamente hablando)?, pues bien, probando. Es obvio que yo probé con el idioma chino. Pero algunos criterios eran como esenciales: si el método tenía ejercicios, si las respuestas estaban incluidas, etc.

En realidad quería probar también un software que Cécile Denier, la responsable de hacerme la presentación del servicio, me había recomendado muy especialmente porque era un método muy visual. Previo comentario mío de que: “me aburro rápido”, que “los ejercicios de gramática me duermen” y etc. Y allí fui, a mi computadora a buscar el método Rosetta Stone para aprender chino. No entendí nada y no sé si sería capaz de poder evaluar a la pobre Rosetta. En todo caso, a la novena vez que me mostraban la foto del caballo, aún sin entender nada de lo que leía (en chino) o de lo que el audio me decía (en chino) supe que caballo se decía pi, perro algo como cau y avión alguna palabra tipo fiyi. Todavía no sé si nan es mujer u hombre pero bueno…

Bibliothèque publique d'information

Bibliothèque publique d’information

También se organizan ateliers de idiomas para practicar conversación. Es decir que una vez que uno se “autoformó teóricamente”, cuenta también con la posibilidad de practicar, comprobar la validez de su autocapacitación, compartir, etc.

El servicio está abierto todos los días en el horario de la biblioteca. Sin embargo, y esto es, definitivamente, lo que más me impactó, es que la cosa no termina allí.

Uno de los temas que más recalco en esta experiencia es el seguimiento que le dan a las cosas en este establecimiento. Es decir, muchas veces hacemos algo: un sitio web, una actividad determinada, y una vez que se terminó la euforia, nos olvidamos. Del sitio, de la actividad y de todos aquellos que participaron y que podrían seguir haciéndolo.

En este sentido, la Bpi no solo sigue y mantiene una continuidad, sino que no deja de pensar en actividades extra, en capacitación y en todo tipo de recurso que pueda amplificar el objetivo primero. Entonces, decía, todos los días uno puede ir. Pero los jueves a la mañana, por ejemplo, que la Bpi está cerrada, se reciben grupos de gente que se acerca a ciertas asociaciones, y ellos los acompañan hasta acá. (ver artículo con descripción completa).

Me contaban que llegan grupos de afganos literalmente directo del barco. Y yo me imaginaba o trataba de imaginarme en tal situación y pensaba: yo me iría a un café, a una estación de trenes a ver dónde puedo dormir, o quién me puede dar una mano.
Pues bien, acá tenemos el ejemplo de gente que se va directo… ¡a la biblioteca!. ¿Impresionante, no?. Porque la realidad es que la Bpi cumple, ante todo, una función social muy innovadora.

En general, vienen a aprender la lengua. Recordemos que no solo no saben la lengua sino que, probablemente, no sepan usar una computadora. Mi grupo, una decena de tibetanos. Era imprescindible, para seguir adelante, sugerirles un software que en su plataforma misma contara con la posibilidad de tener las instrucciones en la lengua materna.

Entonces, hasta ahora teníamos todos los días el servicio a nuestra disposición, los jueves especialmente dedicado a las asociaciones, varios días a talleres de conversación de idiomas y… un nuevo elemento se sumó al combo socio cultural de auto aprendizaje. Emmanuelle Sune me llamó para que la ayudara a preparar la capacitación del miércoles (?). Dicha actividad consiste en invitar a los acompañantes (que vienen los jueves y que son generalmente voluntarios) y darles una capacitación para que avancen en su propio “acompañamiento”, es decir mostrarles nuevas aplicaciones para renovar la propuesta, recordarles cuáles recursos pueden ser más o menos útiles según la gente que acompañan, etc. Todos los programas que fui utlizando, no los conocía. Yo también tuve que hacer un trabajo de auto-formación express para poder sugerir. El bibliotecario también necesita seguir capacitándose.

cqz-si-wcaelnncAcá es donde retomo mi actualidad y el Festival de ideas. Como conté en otro post, una de las personas más participativas fue Emanuel Mamani. Cuando empezamos a hablar, para entrar en tema y pensar en el proyecto a presentar, entendí que lo que estaba pidiendo, en definitiva, era un servicio de autoformación donde pudiera ir en búsqueda de material sobre programación, en formatos y plataformas más modernos tales como tutoriales en video, ser guiado por bibliotecarios o cualquiera que estuviera dispuesto a sentarse junto a él por cualquier duda, un espacio posterior para practicar, entablar relaciones según intereses, etc.

Estaba pidiendo un espacio en simultáneo en el que pudiera implementar lo aprendido (como los ateliers de idioma que se daban en la Bpi, fuera del horario específico de autoformación); entablar relación con la gente de su comunidad, con otras personas de la comunidad, etc.

Similar fue cuando la bibliotecaria de Purmamarca contó que muchos turistas llegaban a ella pidiéndole información sobre el lugar y, en seguida pensé que si hubiera habido un servicio de autoformación, se les hubiera podido pedir que retribuyeran con cursos de idiomas para los lugareños…

Todo lo que escuché en el Festival, podría pensarse en un proyecto real en el que el servicio de autoformación incluyera todas estas inquietudes y más.

Es muy importante entender que un servicio de autoformación no implica, de ninguna manera una actividad en solitario. Implica, ciertamente aprender fuera del sistema educativo, y más bien dentro del sistema comunitario.

Guarda relación con la motivación, la voluntad (compromiso) y a una metodología de la autogestión, pero todas en función de un grupo que se complementa y ayuda en estas necesidades. Por eso, no puede hablarse de una acción solitaria. Porque a pesar de empezar con cierta soledad (ante el software o programa que recibe de parte del bibliotecario/guía/consejero) su desarrollo total, el acabado completo de la formación, está dado por la participación del bibliotecario o de un compañero o de otra persona de la comunidad, o de la organización que lo convoca y lo acompaña, etc. Es un trabajo colaborativo casi en todos sus pasos digitales (foros, redes virtuales) o no (los ya mencionados: ateliers, clubes de lectura, etc.).

chacarita-biblioteca-baldomero-fernandez-waldmann_claima20150525_0028_28La biblioteca hospeda, estimula, traduce, guía, convoca, reúne…
El aprendizaje se da de manera más natural y de modo más horizontal. Un aprendizaje peer to peer, teniendo en cuenta que entran en juego otros actores tales como el panadero, el farmacéutico o cualquier miembro de la comunidad, vecindario, etc. que se sienta en grado de ofrecer sus conocimientos.

En 2015, la Biblioteca Pública de Chicago comenzó con lo que ha dado en llamar círculos de aprendizaje (learning circles). En general, los círculos de aprendizaje se reúnen durante 90 minutos a la semana en un espacio público (como una biblioteca) durante 6 a 8 semanas. Cada círculo de aprendizaje tiene un facilitador. Él o ella no es necesariamente un experto en el tema, pero ha sido capacitado para ayudar a soportar un entorno de aprendizaje entre iguales. Un espacio donde encontrar un grupo de apoyo de personas con ideas similares, y aprender a su propio ritmo en un ambiente de baja presión. ¿Les suena?.

Steeple es una red social creada por dos estudiantes de Rennes. La misma ofrece a los miembros de la misma comunidad (escuela, biblioteca …) un servicio o experiencia, en una plataforma común. Una especie de combinado entre un anuncio de pared y una red social. Una vez que me registro, se tiene acceso a una lista de propuestas de los miembros de mi comunidad con etiquetas geográficas. Puedo pensar en el intercambio de clases de yoga, clases sobre el uso de la computadora, el préstamo de un taladro o una salida en kayak. La Mediateca de Languidic quiso probar este sistema para poder convocar a la comunidad, a través de una herramienta digital atractiva.

Las bibliotecas, definitivamente, ya no son esos espacios en los que únicamente se leen libros. Las bibliotecas han expandido objetivos y, como consecuencia, han adquirido recursos físicos y humanos que atraviesan fronteras. Y un servicio de autoformación bien vale para seguir adelante con este criterio.