A través de un ejemplo concreto, me gustaría, hoy, intentar clarificar algunos conceptos de Realidad aumentada que parecieran no quedar muy claros. La realidad aumentada es una nueva tecnología, es verdad. Pero también es verdad que si una tecnología no sirve para algo en relación al contenido, no agrega valor a lo que intentamos transmitir, es inútil. (para algunos).
Sería reconocer que las TIC no son herramientas para los contenidistas, sino las estrellas del circo. Pero para nosotros, que no somos técnicos sino docentes, periodistas, contenidistas, etc., las tecnologías son herramientas y ese es el lugar que deben ocupar. Por eso, hoy, a través de una aplicación, intentaré explicar de qué estoy hablando.
Cuando digo que la RA debe ser algo más que una cara bonita, intento explicar que aplicar esta tecnología debería, de algún modo, cambiar la realidad que nos circunda. Si insistimos en clases y en cursos que uno de sus objetivos es «intervenir» la realidad, deberíamos, efectivamente, hacerlo.
Intervenir significa irrumpir con un objetivo. Me aferro a las acepciones de: «Tomar parte en un asunto», «Interceder o mediar por alguien», «Sobrevenir, ocurrir, acontecer». Porque lo que yo intento, realmente, es poder interferir con esta nueva tecnología en un cambio social, educativo, etc., en servir para algo.
Entonces, cuando ponen ejemplos que no lo hacen, lo que se produce es el efecto contrario. Es decir, uno no termina de entender para qué sirve realmente la RA en espacios como la educación, el desarrollo de la ciudadanía, el medioambiente, etc. y repite esquemas que son sólo espejitos de colores. Como docentes es nuestro deber reflexionar antes de ejemplificar. Y aunque esta definición se sienta vetusta (igual que la palabra que acabo de usar) es lo que creo.
Vayamos a un ejemplo concreto que pongo en mis cursos para demostrar cuándo la tecnología es, efectivamente, sólo una cara bonita:
¡Ojo al piojo!. Cuando digo que es un «mal» ejemplo, no hablo de la tecnología en sí. Hablo de lo que me aporta a nivel de contenidos. Es decir, la tecnología está muy bien desarrollada: hay un código que alguien ha generado que puede ser leído, «decodificado» por un lector y que, mediante un software, agregará, sumará información digital a nuestra realidad física. Pero repito que para mí, «mal» significa que no suma a la experiencia física del usuario en cuanto a información pertinente. Por eso, digo: en este ejemplo, la RA no aporta nada. Yo podría haber puesto directamente los cuadros respectivos y sería lo mismo.
Cuando se entrevista a especialistas de la RA aumentada no hay mucha variedad en lo que exponen: «que divierte y estimula», «que podemos trabajar en varios formatos de manera simultánea (video, audio, etc)». Y todo esto es muy cierto. Pero se olvidan de lo que, a mi punto de vista, es lo más importante:
Con la realidad aumentada se enseña a decir más en menos (superficie). Los alumnos intentarán buscar contenidos que aporten algo. Aprenderán también a buscar relaciones que permitan hacer contenidos más pertinentes y que agreguen, AUMENTEN, la información para que la tecnología que están aplicando no resulte inútil.
Si yo tengo un cuadro y le pongo un código, la información extra podría ser el video del backstage de ese cuadro o un audio de un pintor contemporáneo, etc. El contenido debe ser pensado. Uno debe comprometerse con ese contenido. Ahora vayamos al ejemplo que viene a colación de este post. Porque como siempre, mi artículo es para señalar al verdadero protagonista de este post que es BC Biermann que, a todo esto, me fue presentado por Brian D. Wassom.
Implementando la RA para la concientización ciudadana: BC “Heavy” Biermann es el fundador de The Heavy Projects, y en una entrevista dijo cosas muy interesantes sobre los objetivos de la RA en función de la ciudadanía y el espacio: “(traducción personal) el espacio público y la interacción de la gente en el mismo es un componente vital para la salud civil y (considero) que la publicidad en las calles (por ejemplo) es el primer obstáculo para una comunicación abierta”.
Lo que está tratando de insinuar es que si entendemos la RA como una posibilidad de intervención de la realidad física en tiempo real, los anuncios publicitarios en la vía pública podrían ser un buen lugar para ensayar.
Uno de sus proyectos es “AR Ad Takeover.” Esta aplicación lo que hacía era localizar prensa gráfica en New York que era “intervenida”, “sobreimpresa” con expresiones artísticas que obstaculizaban, cambiaban la apariencia del mensaje “comercial” inicial.
El ejemplo más claro es el que se hizo con el afiche de la película Piratas del caribe (Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides) con la aplicación hijacked the movie poster. La aplicación metamorfoseaba la cara del Capitán Barbossa (Geoffrey Rush) hasta llegar a la de Goldman Sachs CEO Lloyd Blankfein a quien BC llama el “verdadero pirata”. Es decir, usó la RA como estrategia de denuncia.
“AR can democratize messaging in public space,” BC dijo “yo no estoy en contra del mensaje comercial por sí mismo, estoy en contra del dominio comercial”
Y esta parte es muy importante porque nos vuelve, una vez más, al aspecto social y semántico de esta era: “lo que necesitamos es una aplicación, una plataforma abierta que permita a los usuarios filtrar su entorno de acuerdo a sus intereses. De esta manera, los usuarios podrán ver los afiches u otros mensajes comerciales que hoy ocupan el espacio público, sólo si quieren”. Subrayo… filtrar.
Pero esta no fue la única aplicación de BC. también estuvo Occupy, una aplicación que permitía geolocalizar todas las manifestaciones de protesta simultáneas avisando a los ciudadanos a dónde debían dirigirse y dándoles información extra sobre el tema.
Se utilizó en dos ejemplos, un poco más escabrosos, pero que también tienen que ver con crear conciencia. “Mostrar” más de lo que se ha querido, etc. Pero de ellos ya he hablado en otros posts: uno es el caso de las torres gemelas y varias historias que relatan los testigos. He aquí un artículo donde explico el sentido de esta aplicación. Y el segundo, un ejemplo para el tema de lo que podríamos llamar educación vial con gran cuota de “escabrosidad”.
En definitiva, las nuevas tecnologías tienen que aportar algo más que luces de colores. Y me parece que la RA puede, sin lugar a dudas, aportar lo suyo. Siempre y cuando, no sigamos poniendo todos y cada uno de los ejemplos que salen automáticamente en la web. Preguntémonos nosotros mismos, cada vez que se sube un video: ¿qué me aporta esto?, ¿me da información extra?. Y sino, seamos claros. «Este ejemplo, alumnos, lo pongo sólo para que vean la tecnología, no sirve para nada, pero ¡miren qué bonito!».
Me envían y encuentro millones de ejemplos de RA diariamente. De ellos, el 99% son ejemplos que no sirven para nada (recuerden mi acepción del concepto de «no sirven para nada»). A veces, hasta me da pena porque son hiper ingeniosos pero no estoy dispuesta a confundir a quiénes intento transmitir el concepto de RA. Les muestro el último y les doy un ejemplo de la vuelta de tuerca que, a mi humilde entender, le falta:
¡QR en burkas! Bello e ingenioso. Pero ¿qué podría agregar para que este código aporte algo?. Pues bien, por ejemplo un video sobre el uso de la burka en… o comentarios al estilo: «quisiera mostrar mi cabello porque no tengo nada que esconder…». Es decir que aquí, además, podría sumarse algo que, «literalmente», no podría estar al descubierto.¿Se va clarificando la cosa?.
No pretendo cambiar el mundo, ni creo que la RA lo haga, pero sí pretendo intentar aportar mi granito de arena. Y creo, definitivamente que la RA bien utilizada puede ser una buena «herramienta».
[…] un tiempito, escribí una nota sobre la importancia de entender el verdadero sentido de utilizar o no ciertas tecnologías tales […]
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