Me parece que en esta era en la que convivimos los meramente digitales, los meramente analógicos y los mixtos o in transit (utilizan/mos un poco y un poco), nos estamos confundiendo con las preguntas. Porque en breve resultarán obsoletas.

¿Se les hubiera ocurrido, hace un tiempo no tan lejano, preguntar si era mejor, más “profundo”, etc. escribir en la bella máquina de escribir antigua, con olor a tinta que dejaba la huella de sus teclas… (descripción pasional similar a la que hacemos hoy del libro) o escribir en una fría y rápida, por consiguiente, “superficial” computadora?. Definitivamente, no.

José Saramago: «Hagan lo que hagan el Internet y la computadora no hay nada en el mundo que pueda sustituir al libro. ¿Por qué? Porque sobre la página de un libro se puede llorar, pero no se puede llorar sobre el disco duro de la computadora».

Más que preguntarnos sobre si “esto” o “aquello”, sería interesante empezar a reflexionar sobre el cómo. Porque no hay esto o aquello. Eso ya está decidido aunque nos resistamos. A menos que vivamos hasta el último día de nuestras vidas (con familia incluida) en un tupper, la era digital sustituye y seguirá sustituyendo a lo anterior, lo analógico, como sucede naturalmente en todos los ámbitos y aspectos de la vida.

Uno no puede quedarse encaprichado en un rincón cumpliendo todos los años, los 15. En realidad sí puede, pero siguiendo con la metáfora, ya nadie va a ir a la fiestita. Las velitas irán aumentando, quieras o no. Igual sucede con las Tic y su entorno (lectura digital, escritura digital, etc.). Podés resistirte, pero si te resistis mucho, te quedás afuera.

El cerebro es un órgano que se adecua a las circunstancias. Por ejemplo, al aprendizaje. Aprender es una actividad que se puede llevar a cabo porque el cerebro se adapta al medio para lograrlo. Es evidente que es más fácil aprender cuando uno es pequeño, pero hay que tener en cuenta también que no todo lo que se dice está confirmado, por ejemplo, que las neuronas cuando mueren ya no se regeneran etc.

¿Qué tiene esto de importante? Que si no se regeneran, posiblemente llegaría un momento en que evidentemente no podríamos seguir aprendiendo. Sin embargo, parace que no es así. Parece que sí regeneramos neuronas, pero no a la misma velocidad en cada una de las etapas de nuestras vidas.

El cerebro es, justamente, quien nos permite adapatarnos a cada evolución, revolución, suceso. Nos adecuamos. Nos acostumbramos, nos actualizamos, etc.

Pero a esta adaptabilidad, a esta capacidad de adecuarse hay que obligarla a actuar. No hay que estancarse, hay que seguir estudiando y por ende, aprendiendo y uno de los desafíos que hay que estimular hoy, es el de la lectura digital. Veamos por qué y qué está pasando hasta el momento.

Hoy, de acuerdo a varios estudios, el cerebro prefiere leer en papel. ¿Pero todos los cerebros? Pues no.

Pero empecemos por los primeros, por los cerebros que, hasta hace un tiempito, solo tenían la lectura en papel y era a ese tipo de lectura a la que estaban acostumbrados. ¿Cómo es eso que el papel es “mejor”? ¿Cómo es eso que con la lectura papel….?
Vayamos por partes.

El libro uno lo ve como un todo, un objeto con principio, final y no estoy hablando de la historia sino del texto mismo: tapa, páginas, contratapas y ese es el formato al que nos hemos habituado. Sabemos que si el libro tiene 500 páginas, al llegar a la 300, al tacto, este porcentaje será perfectamente registrable para nuestro cerebro y para nuestros sentidos.

tumblr_msr2eeoenh1ql2603o1_500Es como cuando uno usa aplicaciones como Waze: “¡Avísame eh! ¡Avísame cuando tengo que doblar!”. ¿Cuánto falta?. Sucede lo mismo cuando uno está mirando una peli en la tele o en la compu y quiere saber cuánto falta aunque la esté pasando bomba. Son hábitos que nos ayudan a organizarnos. O taras, vaya a saber uno… Si me faltan 10 minutos, quizás espero hasta el final para ir al baño. Pero si no lo sé… ¿qué hago? ¿Voy o no voy? ¿Y cuando estamos en la ruta y los chicos preguntan cada 6 segundos: “¿falta mucho? ¿Cuándo llegamos?” Y uno les responde: “contá los mojones, para ver cuántos kilómetros quedan…” ¡Me muero si al Google Maps le sacan el zoom para ver toda la ciudad, provincia o país en un mismo plano!. Esa es la sensación: necesito ver el TODO.

Cuando uno va a una biblioteca o a su propia biblioteca, o a una librería va en búsqueda de un libro. Pero cuando llega allí, al ladito, hay otro en el que posiblemente ni había pensado, pero al verlo, te tentó. Lo recordaste. Lo viste. Está ahí.

Hay un tema que puede verse como positivo o negativo (depende desde donde uno lo mire): cuando uno lee un libro físico, el hipertexto, la conexión que uno hace con otras lecturas, visualizaciones, etc. se da en la cabeza, en la memoria. Asociamos con algo que hemos visto, leído, vivido.

Cuando uno está leyendo un ebook, estos enlaces se dan de la misma manera pero se puede ir directamente al texto o película o foto en el/la que está pensando. Link a diccionario, link a wikipedia, link a…

Y entonces decimos que puede ser negativo o positivo porque algunos especialistas dicen que esta posibilidad de salirse del texto e ir inmediatamente a otro, dispersa. Yo no pienso igual o, en todo caso, pienso que irme del texto físico al recuerdo de un viaje (ya ni hablo de ir a buscar la foto) o romperme la cabeza en qué libro leí algo semejante o que me sirve, también es un modo de dispersión.

Por otra parte, el hecho de que alguien, mientras esté leyendo, busque en simultáneo una extra información, por ejemplo, una palabra en el diccionario, un lugar geográfico en un atlas, etc. denota una capacidad muy interesante (discusión: ¿el multitasking realmente funciona?). Una cosa es procrastinar y otra es trabajar con el hipertexto.

hipertexto-2Ni que hablar de la corrida que nos hizo pasar Cortázar con Rayuela y ¡en 1963! Así que lo digital, no siempre es tan fragmentario, ni el papel es siempre tan lineal. La participación o convocatoria al lector vino de la mano de la literatura mucho antes de lo digital propiamente dicho.

Algunos investigadores sugieren que la lectura digital no permite la mejor comprensión y profundización de un texto por varias razones. Una de ellas es que la pantalla es más cansadora: el reflejo de la tinta, la falta de luz, etc. Pues aviso que esto está cambiando. De hecho, los nuevos lectores de ebooks ya vienen con luz, por ejemplo. Y además, si es por eso, tiremos computadoras, tablets, etc. ¡que nos están matando! El aumento de mis anteojos ha crecido a una velocidad galopante. Una de cal y otra de arena. O: el que quiere celeste, que le cueste.

Otros investigadores hacen comentarios tales como que los niños que leen sus cuentos en papel, recuerdan más los detalles de la historia que aquellos a los que se les dio un ebook con todos los chiches: música, jueguitos, etc. Que todo esto que se supone que enriquece el texto, no hizo más que desviarles la atención. La dispersión de la que hablábamos hace un momento.

Dijimos que íbamos a hablar de “varios cerebros diferentes”. Este ejemplo es bastante interesante: los estudiantes universitarios, que podrían perfectamente entrar en el rango de jóvenes, milénicos (millennials), acostumbrados y nacidos bajo la era digital, cuando quieren estudiar (no leer un texto por placer), lo hacen en papel. Interesante, ¿no?. Semejante curiosidad se da con los lectores de cómics. Una vez más, son lectores “jóvenes” en su mayoría, y sin embargo, prefieren el papel.

Resumiendo e intentando hacer una lista de pros y contras

luz1-e1357908354257A favor de la lectura digital:
• El medio ambiente: los soportes digitales no hacen uso de los pobres árboles (aunque el temita de la basura electrónica, obsolescencia programada, y etc…)
• Algunos lectores permiten una experiencia “social” bastante interesante: se pueden hacer anotaciones, compartirlas, etc.
• Se lee más (a discutir si mejor) porque
– es más barato
– es más liviano
– es más atractivo (para las nuevas generaciones)

En contra de la lectura digital:
• Se pierde la “fisicalidad” del libro, su ser “objeto asible”
• Dispersión (hipertexto), aunque como comentamos, puede ser tomado como una capacidad interesante si cambiamos la palabra peyorativa a otra como multitasking, o investigadores del futuro
• El objeto, biblioteca, mueble, espacio bonito, desaparece
• Se pierde la posibilidad de encontrar pasajes subrayados (memoria visual) y textos que habíamos olvidado (al estar al lado del que buscábamos, en el mismo estante)

Avances de los e-readers (no existían, empiezan a existir)

  • Te dice el porcentaje de lectura leído
  • Vienen con las luces
  • Se puede subrayar

Decíamos que hay diferentes “cerebros”. En realidad nos referimos a diferentes lectores. Están los eminentemente analógicos, los eminentemente digitales y los del medio (como yo). Los mixtos o intermedios.

Como representante de esta útima categoría, mi propia experiencia me lo demuestra: el día que me regalaron el kindle, salí corriendo a comprarme 5 libros de papel. Fue como que me agarró un ataque de pánico. Simultáneamente, me bajé 70 libros digitales de un tirón.

Esa puede ser una solución intermedia para quienes amamos el libro como tal, como objeto, subrayado con birome y que se note. Comprar 30 libros es caro. Y lo peor de eso es que, posiblemente, de esos 30, nos gustó solo uno. Por el momento, decidí que me voy a bajar los 30 libros en formato digital y a ese uno, me lo voy a comprar. Tengo miedo a la abstinencia de libros en papel.

capturaLes dejo una entrevista que me hicieron sobre el tema en la televisión. No dice mucho más de lo que escribí acá, pero hay algunos videos que sugerí como ejemplos que pueden resultar interesantes. Una cosa es cierta. Siempre y por si acaso, lo que va llegando es un peligro. ¡No gente, no es así! Le tuvimos miedo a la tele, a las computadoras y etc. Porque nos eran desconocidas, porque no sabíamos usarlas. Eso es todo. Imagínense si nos hubiéramos creído que la escritura iba a terminar con la memoria, la lengua oral,… Y aunque fuera cierto, nada se puede hacer. Así que si no puedes con el “enemigo”, únete a él. Yo ya me compré mi kindle. No me va a ganar.

Solo se necesitan estrategias de lectura diferente. O reflexionar en cómo mejorar la lectura digital (como comentamos en los avances de las empresas con sus propios lectores).

Posiblemente los que están acostumbrados al digital, los que nunca agarraron un libro en papel en su vida, al estar acostumbrados encuentren el mismo placer y la misma capacidad de comprensión de un texto que sentimos los analógicos. Porque la lectura, las historias, el quid de la cuestión no cambió. Con chirimbolos o sin chirimbolos, a Cenicienta a las 12, se le pierde el zapatito.