Las series están de moda. De eso, no se puede dudar. Pero es importante no dejarse engañar. «Seriar» como verbo que implica “poner algo en serie”, ya existe hace siglos. Tal vez con otro nombre o con algunas diferentes condiciones y más exactamente con otros objetos. Pero la idea no es nueva.

En Literatura o en los textos en general, inclusive diarios y revistas, lo llamábamos ¿en capítulos?, ¿por entregas? ¿La semana que viene?… ¡Ni que hablar del folletín!. En todo caso, veamos qué implica hoy, seriar y ponernos a la moda.

Todo el mundo mira series. Todo el mundo habla y comenta sobre series. Estamos perdiendo un público precioso, se dijeron los editores de libros. Así que se pusieron a pensar en esos términos. ¿Cómo conquistamos a los nuevos lectoresa partir de lo que les encanta hacer?.

Empezaron a pensar, en primer término, en una cuestión de ritmo. Seriar es ponerle un “ritmo” diferente a las publicaciones. Si un fan se vuelve loco esperando un nuevo capítulo de una serie, podría volverse loco si le diéramos otro producto (un texto) con ese mismo ritmo.

Es obvio que la publicación de un nuevo libro de cierto autor dista añares de poder crear esa ansiedad. Estaríamos todos agotados. Esto puede llevar 2 años, 5 o más. No sirve para esta nueva generación. ¿Se acuerdan de que ya hablamos de lo que significa el binge watching? Pues bien. Necesitamos esa misma sensación compulsiva y adictiva. Esa desesperación, esa necesidad casi vital. Un binge reading.

Farrar, Straus y Giroux (FSG), una editorial estadounidense ha puesto en marcha este modelo en 2014 con la publicación de la trilogía Southern Reach de Jeff VanderMeer en sólo un año. El primer volumen  fue lanzado en febrero de 2014, el segundo, en mayo y el tercero en septiembre del mismo año.

Sean McDonald, editor de la FSG, dijo en un programa de radio de la NPR – la principal red de radiodifusión no comercial y de servicio público de los Estados Unidos – que en ese momento los espectáculos que se difundían en la televisión, eran considerados de más en más como una forma de arte. «Hablamos mucho de este concepto de ‘storytelling episódico’. Pensamos que era una oportunidad para comprometernos en este campo jugando un rol importante en este proceso.» De hecho, renovaron la experiencia con la publicación en 4 volúmenes de la serie The Tale Of Shikanoko, todo en menos de seis meses.

Julian Yap y Molly Barton, decidieron explotar este concepto al máximo. Estos dos empresarios lanzaron una compañía que se llama Serial Box que funciona como una cadena de distribución de series al estilo HBO. Encontraron que era lamentable que los editores y los autores propusieron obras a los lectores que no se adaptaran a los hábitos de consumo actuales.

Julian Yap, explica que la gente encuentra cada vez más difícil leer un libro entero, debido a la falta de tiempo o debido a la falta de interés hacia la lectura. «Queríamos producir ficción que se adapte al cotidiano de la gente. Y hemos decidido publicar episodios cortos que se puedan leer durante sus viajes diarios, (posiblemente cortos si son en un colectivo o subte), pero antes que nada ‘serializar’ estas historias para que, en definitiva, cuenten una historia más larga.» O que permitan la lectura de algo que, en su naturaleza, sería más larga pero posiblemente nunca leída, agregaría yo.

Serial Box intentó calcar el modo de publicación que se asemejara más al modo de salida de los episodios televisivos. Uno publica en volúmenes o tomos y otros…

Serial box publica episodios de 40 minutos cada uno, lo que sería en términos televisivos, durante una temporada (cada uno de los cuales está escrito por un equipo de escritores), que dura de 10 a 16 semanas. La app Serial Reader ofrece los mismos servicios, pero con episodios de 20 minutos cada uno.

«Fáciles de conseguir, los episodios pueden ser leídos de forma independiente el uno del otro, pero se constituyen, de a poco, en una historia global. Cada uno está disponible en formato de libro electrónico (ebook) y de audio, y se lee en cuarenta minutos «.

Young woman lying and sleeping on floor, surrounded by books — Image by © Matthias Tunger/Corbis

Difícil de practicar la binge reading cuando aún no se ha completado todo lo que implicaría una “temporada de una novela” y que se debe esperar hasta el lanzamiento de la próxima. Fraccionar las partes de una novela no es precisamente una novedad, como decíamos al inicio,  pero permite actualizar un concepto que implica llevar el mismo ritmo y desarrollar la misma «adicción» que con las series de televisión.

Lo que es muy alentador es ver que alguien, al menos, intenta concebir nuevos productos o nuevos modos de promover la lectura teniendo en cuenta al lector que, en este caso, tiene nuevos hábitos, influenciado o no por otros medios como la televisión y las redes sociales, entre otras cosas. Más que nunca, si nos describimos como grandes lectores, deberíamos actuar como tales. Saber lo que el otro quiere, y ya no hablo solo de los libros es aprender a “leer” los deseos y los gustos de los otros. Estos señores están tratando de “leer” a las nuevas generaciones. Un aplauso para estos verdaderos “lectores”.