Varias veces hablamos de que estamos en la era de la personalización. De que cada vez más, las empresas, sean de noticias, de educación, de lo que sea, intentan focalizar sobre las necesidades del usuario de una manera cada vez más específica, más personalizada. Y no sólo las empresas. También las instituciones culturales, los organismos que piensan en políticas públicas, etc.
A veces, este concepto resulta esperanzador, estimulante, interesante. Esta vez, a mí, me parece que no (pero sí).
Empecemos de nuevo. Por ejemplo, hablamos de que la educación no puede tratar a todos los alumnos por igual. Tiene que haber cierto tratamiento personalizado porque no todos los alumnos son iguales, porque ¡no todos los seres humanos somos iguales!. Y entonces empiezan a aparecer teorías como BYOD (Bring your own device), entre otras, que ya explicaremos en otro post).
Hasta acá todo bien. Sin embargo, esto que propone Via Fabula, no sé si me parece muy interesante. Una cosa es que me ofrezcan diferentes formatos, diferentes extensiones, diferentes géneros, diferentes modos de que me llegue el texto, diferentes dispositivos, etc. Pero ¿diferente novela?. No sé. Porque, en realidad, no sé si es tan diferente y me resulta más un experimento que algo trascendente.
Vayamos a la descripción específica de lo que Via Fabula ofrece. Con Via Fabula, el libro digital pasa a un nuevo nivel más personalizado. Lanzaron, en 2016, Chronique(s) d’abîme, un texto que van modificándose dependiendo del lector y su contesto. “Por ejemplo, si usted está en París una noche de tormenta, el héroe de la novela se reunirá en París una noche de tormenta», explica Tania Sackmann, la prensa de la empresa. Se toman en cuenta la ubicación, el clima, entre otras variables, del ebtorno del lector. También se tiene en cuenta si el lector es hombre o mujer, estado civil o edad.
La cosa es un poco ficticia. Marc Jallier, el autor de este texto, por ejemplo, escribió, en realidad, más de un texto: partió de una historia clásica y a partir de allí pensó en 6 intrigas diferentes con 9 finales posibles. Eligió un prototipo de lector a quien iría dirigida la historia y asioció diferentes parámetros. Es como obvio pensar que una historia de terror se lee más de noche, con lluvia torrencial. Durante el día, se transforma en algo más liviano como un thriller, etc.
Una vez que terminó la lectura que se le “designó” de acuerdo a sus “parámetros”, el lector puede leer las otras versiones.
Me parece más un juego que una buena lectura. Pero, posiblemente, para los más jóvenes resulte delicioso. Yo, aun me quedo con reunirme a tomar el té con mis hermanas y discutir sobre el mismo libro.
Definitivamente no es una cuestión de algoritmos ni de inteligencia artificial. Ni nada tan sofisticado. Recuerdo que hace varios años, recomendé la aplicación que más me gusta de la Tate Modern Gallery, la Magic Tate ball en un post sobre gamificación. Es similar y quizás tan poco real como ésta: Uno dice dónde está (uso de geolocalización), graba el sonido exterior (lo que determinaría si hay ruido o está lloviendo) y la app saca de la galera un cuadro de su colección que se adecue a esas circunstancias. E Insisto. Ninguna maravilla y, en general, te propone cualquier cosa, pero me encanta. Porque me deja jugar, porque se pusieron las pilas para que algo resulte un poco más personalizado…
Entonces, si digo todo esto, ¿por qué escribo este post?. Porque todo el tiempo estamos hablando de si los chicos leen o no leen, de si los adultos dejaron de leer. Cómo hacer para promover la lectura, cómo hacer que actividades que no asociamos lógicamente con los libros se conviertan en tales y etc. Pero si hablamos de gente que está “pensando” sobre cómo renovar la lectura, cómo atraer a nuevos públicos y etc., definitivamente Via Fábula es para destacar.
Más allá del éxito real, recuerden que al inicio yo decía «experimento». Y Via Fabula experimenta que no es poco y yo diría, es bastante. Aún cuando tengamos uestras dudas sobre cierto tipo de “negocio” es verdad que no podemos dejar de señalar gente que, al menos, está pensando, experimentando, jugando, ¡tratando! y eso es lo que Via fabula hace.
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