Los audiobooks están de moda. Lo portátil está de moda. Lo que se puede hacer mientras se hace otra cosa está de moda…
El audiolibro permite la ubicuidad de la que siempre hablamos, pero también el poder hacer, simultáneamente, muchas cosas. Es ideal para aquellos a los que les gusta que le cuenten cuentos, gente con problemas en la visión, niños pequeños no lectores aún o, como decíamos, para aquellos que tienen las “manos ocupadas”.
De más está decir que el audiolibro o el texto grabado no es en realidad un formato nuevo. Ya existían las lecturas grabadas en CD, cassettes, etc. Pero ahora llegan con nuevas posibilidades que tienen que ver con compartir, rearmar, etc.
Raro es leer que la gente que escucha audiolibros es más “lectora” que los que leen libros. Posiblemente por esta facilidad para desarrollar el hábito. Sin embargo, iremos viendo que, a nivel educativo, se está demostrando que no sólo “leen/escuchan” más, sino que aportan grandes beneficios en lo que concierne a la alfabetización.
Rosa Sala es la responsable de Seebook, una de las plataformas que describiremos más adelante. Ella cuenta que si hubiera que definir las características de un “lector/escuchador” de audiolibros, sería difícil. Hay de todo un poco. Aunque señala que hay un predominio de títulos infantiles y también de aquellos títulos que describen un lugar acotado: por ejemplo, el audiolibro que nos compramos para escuchar mientras recorremos Egipto en bicicleta. Una vez más esto recalca el hecho de que, en simultáneo, hacemos otra cosa.
El tema de los libros infantiles, a mí, personalmente, me hace ruido. Leerle a los niños conlleva acompañarlos en su lectura visual. Mientras nosotros leemos, ellos miran las imágenes. No sólo eso. Siempre me pareció interesante que, mientras les leemos, ellos van guardando en su memoria, voces familiares: la de la mamá, la tía, la abuela… Pero bue, los niños vienen tan raros últimamente… Ya me contarán.
Hay ciertos países que tienen el hábito más desarrollado porque han sido estimulados a través de otras vías tradicionales. Por ejemplo, en Inglaterra, se escuchaban los textos en las radios y, en Estados Unidos es muy común que los best sellers estén editados como audiolibros. En otras partes del mundo, todo esto está un poco atrasado o nunca ha sucedido. Semejante con lo que pasa con los libros digitales (ebooks): cuando encontramos un sitio del que los podemos bajar de manera gratuita, el catálogo es bastante pobre y desactualizado.
A mí me gusta leer, pero debo confesar que pocas cosas me han conmovido tanto como al escuchar una versión de “El cuervo”, de Edgar Allan Poe, en un Instituto en la calle Florida, en cassette que ya no recuerdo ni qué instituto era, ni quién lo recitaba. Lo que persiste en mi cabeza es la polenta de esa voz que me dejó atónita. Posiblemente era la versión de Christopeher Lee (o no).
Como en todos estos formatos y plataformas nuevas, encontramos las versiones pagas y las no pagas. Iremos señalando de ambas. Veamos cómo se hace en aquellas en las que hay que pagar:
Me gusta escuchar tiene un slogan precioso: “deja que te lo cuenten”. Es la plataforma de la editorial Penguin Random House y tiene dos elementos muy interesantes: uno, es que son en español y dos, que todas las voces elegidas no son al azar; eMusic lanzó eStories; Seebook cuenta con una serie de tarjetas que permite descargar los libros de una manera diferente. Los podemos oír pero también los podemos tocar; Amazon tiene su propio servicio: Audible. También nos encontramos con Blue Planet Tales que presenta una característica muy interesante: “cuentos basados en la historia y la vida real (…). Aventuras, descubrimientos, naturaleza, personajes ilustres, avances tecnológicos y humanos…”; Literaudio se ofrece, además, como productora de audiolibros, un servicio para escritores y editoriales que deseen publicar ofreciendo muchas voces, idiomas, efectos de sonido y música; Ivoox cuenta con una plataforma en la que se pueden crear listas, suscribirse para ser avisado cuando salgan nuevos audiolibros, señalarlos para escuchar más tarde, compartir…; Audioteka tiene más de 20.000 historias en 14 idiomas; Sonolibro.com te propone dramatizaciones literarias en audio, narradas por actores de doblaje, con efectos de sonido y música. Recuperando la radionovela…; Livraphone; Numilog; Ficción sonora (RNE) de Radio nacional de España, nos encontramos con grandes actores de cine, teatro y televisión que leen los clásicos; LeeMP3.com ofrece una lectura robótica. Nada de super voces, ni actores elegidos. Para mí, terrible. Pero si hay que experimentar… experimentemos.
Entramos en aquellas plataformas que ofrecen mucho material de dominio público, es decir que ya los derechos pertenecen a todos tales como: LibriVox. Son voluntarios quienes ponen sus voces; Internet Archive es un sitio que recoge audiolibros de varias fuentes; Youtube tiene lo suyo; Open Culture ofrece más de 700 audiobooks en inglés; Loyal Books es una plataforma más de audiolibros de libre descarga.
Hay algunas Bibliotecas que también tienen servicio de audiolibros. Por ejemplo, La Biblioteca electrónica del Instituto Cervantes ofrece audiolibros con voces de locutores de profesión; la Bibliothèque Numérique Francophone Accessible (BNFA) se dirige más a los que tienen problemas con la vista; la New York Public Library; las Biblioteque comune di Verona, la Chicago Public Library, entre otras.
Y como si esto fuera poco, llegan los eventos especializados en el tema: Seebook, Escuela de Saber, Sonolibro, Literaudio, Audimol, Booka, Edelae y Penguin Random House coorganizaron la 1ª Semana del Audiolibro (#AL2016) del 27 de junio al 3 de julio de este año. El objetivo fue dar a conocer más este viejo formato nuevo e intentar llegar a un público mayor, desarrollar una crítica profesional (lo que implica sopesar el valor literario del texto pero, también su calidad sonora, la elección de las voces, etc.). De a poquito, también se irá adjuntando la posibilidad de estimular la generación de audiolibros, teniendo en cuenta que, así como sucede con los ebooks, ya hay varias empresas que ofrecen la posibilidad de gestionar la edición y publicación de nuestro propio audiolibro.
En Strasbourg, Francia, la association La Plume de Paon de Strasbourg organizó el festival du livre audio, del 18 al 21 de mayo de 2016. Se puede ver en el programa que varias mesas hablaron en profundidad sobre el tema.
Las infaltables apps. Audiolibros es la app de LibriVox y te permite descargar más de 15.000 audiobooks en 20 idiomas, todo gratis. “Puedes utilizar infinitos marcadores para continuar donde lo habías dejado, o usar un temporizador para detener la reproducción tras un determinado período de tiempo (muy útil si escuchas libros antes de dormir)”; Audioteka, que ya nombramos; Audible, la de Amazon; Smart Audiobook Player tiene la capacidad de adecuarse a estos tiempos: te permite “acelerar o reducir la velocidad de lectura, apagado automático basado en los sensores de movimiento (si te quedas dormido), puntos de lectura, etc. Es gratis y no contiene publicidad, aunque existe una versión de pago con más opciones”; Libro móvil, etc.
Comentábamos, hace un rato, que no solo hay que dar a conocer o re dar a conocer el formato sino que también se está estimulando a la generación de estos audiolibros por nosotros mismos y, para ello, necesitamos plataformas que nos den herramientas adecuadas.
Hay varias cosas que podemos pensar antes de meternos en este proyecto como, por ejemplo, si nuestra voz nos gusta, si queremos convocar a alguien que tenga un timbre mejor. Si “recitaremos” un texto del que tenemos los derechos, o acudiremos a un texto de dominio público, etc. Goodreads tiene un listado de libros de dominio público disponible de literatura universal.
Amazon nos ofrece su plataforma para este paso. Solo tenés que registrarte y certificar que tenés los derechos del libro. Igual oferta hace Audiobooks.com a través de su nueva plataforma Author’s Republic. Crear un audiolibro no es difícil “técnicamente” ya que sólo se trata de grabar ficheros de audio y luego unirlos. Acá les dejo una guía de Livrivox.
Una vuelta de tuerca: Amazon Echo (o Alexa) te permite leer tus e books (ya descargados en tu kindle y etc.) en voz alta para vos. Será la srta. Alexa quien lo haga. Veremos qué tal sale. Yo no probé aún.
Entonces, audiobookear o no audiobookear. Leer o escuchar… Habrá que probar, habituarse, practicar, acostumbrarse y, verificar si, en educación, por ejemplo, es verdad que trae beneficios. Repetimos: “Los libros de audio tienen un impacto muy positivo en el desarrollo de la alfabetización en los niños. Al escuchar regularmente libros de audio, hasta tres sesiones de 20 minutos por semana, los niños de 2º y 3er grado (edades de 7 a 9 años) alcanzan el 58% de su objetivo de aprendizaje de lectura en sólo diez semanas. Se supone que “ el 85% de lo que aprendemos lo hacemos a través del oído y la escucha”.
No lo sé. A mi me encanta que me cuenten cuentos. Pero no sé si podría concentrarme en el colectivo, escuchando uno. Insisto. Hay que probar de todo para poder criticar. Eso es lo que haremos.
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