Filantropía viral, lo han llamado. Y no me parece una frase descabellada. Algo de ello, hay. Como siempre, cada vez menos. Pero bue.

El crowdsourcing (o crowdfunding) es un proceso que se lleva a cabo a través de las redes sociales: Reddit, Facebook, Twitter y otras plataformas (hablo de la convocatoria) cuyo objetivo es recaudar fondos pero también sensibilizar. Un proceso de financiación en masa, conocida, a veces, como micromecenazgo. Una convocatoria abierta. En lugar de buscar unos pocos donantes importantes, se está descubriendo que la ayuda financiera de muchos pequeños donantes es una fórmula muy efectiva.

Como siempre, aparece una serie de sinónimos sobre la misma acción que difieren muy poco en su concepto esencial. Así que, sólo distinguiremos, al menos de manera más contundente, aquellos proyectos de convocatoria abierta para recaudar fondos (plata) y aquellos procesos en los que lo que se “recauda” son ideas (ayuda intelectual o manual pero no dinero), lo que en un principio llamábamos trabajo colaborativo. Solo opinión colaborativa (y que guarda relación con términos que ya hemos hablado, así que no entraremos en detalles, como el hecho de que “todos somos curadores”). Además, si se animan a seguir leyendo, verán que el crowdvoting, de alguna manera, interviene casi siempre. Aunque casi nunca, se tenga en cuenta o que tenga más un tinte de engagement o convocatoria, que de realidad.

El primer proyecto de crowdfunding de la historia se produjo en 1997 cuando la banda de rock británica, Marillion financió su gira a través de donaciones online. Consiguieron un total de 60.000 dólares para su gira por Estados Unidos. La empresa ArtistShare se convirtió en la primera plataforma dedicada al crowdfunding, en el año 2000. En el año 2005, nace la plataforma Kiva. Luego llegan Prosper.com (2006) y LendingClub.com (2007).

Pero es recién en el 2006 en que el término se usa oficialmente para describir este modo de donaciones de varios, para un proyecto en común. En 2008, Danae Ringelmann, Slava Rubin y Eric Schell fundan IndieGoGo, una plataforma de Crowdfunding para películas, que surge en el marco del Festival Sundance.

Sin embargo, la vuelta de tuerca final, la que hace que el término empiece a escucharse casi en todos los círculos internéticos, es cuando nace la plataforma más conocida: Kickstarter. Sus fundadores, los americanos Perry Chen, Yancey Strickler y Charles Adler no hacen distinciones de áreas ni de mercados. El concepto de recaudar colaborativamente es lo que prevalece.

Indiegogo, más tarde, amplió temáticas, aunque hay que tener en cuenta que algunas son más adecuadas para cierto tipo de proyecto. Kickstarter, por ejemplo, establece en sus reglas que los usuarios no pueden recaudar fondos para causas benéficas o religiosas.

En el 2010, se publica The Crowdfunding Revolution | how to raise venture capital using social media, el primer libro editado sobre el fenómeno del crowdfunding de Kevin Lawton y Dan Marom. En abril de 2012, el Presidente de EEUU Barack Obama firma el Acta de Jumpstart Our Business Startups, también conocida como “la ley de crowdfunding” o JOBS Act. Esta ley permite a las startups recurrir al crowdfunding para financiarse. La ley está aprobada pero pendiente de aplicarse. En 2013, tiene lugar el CrowdFunding World Summit 2013.

“Los medios sociales y crowdfunding pueden cambiar la forma en que las personas se conectan con las causas o las pasiones que creen,” explicó Slava Rubin, fundador y CEO de Indiegogo. “Creo que hemos pasado de un mundo de transacciones a un mundo de relaciones.”

¿Qué hace que una campaña sea verdaderamente exitosa en Kickstarter? He aquí algunos consejos que se dieron durante una charla TED:

La pasión es muy importante. Lidiar con ella es la clave. Recuerden el temita del crowdvoting. Cuando Ivan Askwith gestionó la campaña de Kickstarter para el proyecto de la película Verónica Mars, tuvo que lidiar con un montón de expectativas de los fans acerca de la trama de la película. Max Tempkin, creador del juego de las Cartas de la Humanidad, fue claro con los donantes desde el inicio: podían ofrecer consejos, ideas para las tarjetas y los chistes en un foro designado, pero no había ninguna garantía de que sus ideas estuvieran en el producto final.

“Trabajar” con la multitud o contratar a alguien que pueda hacerlo. Hay que alentar al público/financiador. Lo que yo llamaría “fogonear”. Esto es muy importante. Primero porque lo vamos a ir escuchando en diferentes momentos, y segundo porque me parece que guarda relación con otro término que también está muy de moda y que no puedo dejar de mencionar: transmedia. Ni que hablar de engagement, fidelización y hasta narcisismo…

Estemos de acuerdo o no (eso lo charlamos otro día), para Henry Jenkins, el proceso de transmedia se da sólo si la cultura participativa existe en el proceso. Insisto, voy a pasar rapidito el tema pero la cosa es así: Jenkins dice que un proyecto cumple su esencia transmedia cuando un proceso creativo conlleva la cultura participativa de los usuarios. A pesar de que uno desarrolle un proyecto con características de transmedia, si no tuvimos resultados, o sea si los fans y etc. no se prendieron, no se comprometieron, no se “engancharon”, no es transmedia. No estoy de acuerdo.

Sin embargo, si tomáramos al pie de la letra la fuerza de la cultura participativa tal como la plantea Jenkins, un proyecto de crowdsourcing es, en sí mismo, un proyecto transmedia. O fogoneamos a los posibles donantes o no conseguimos la platita (o las ideas).

Algunos ejemplos:
LIBRARY FOR ALL: a digital library for the developing world: “Desbloqueo del conocimiento para los que viven en la pobreza, proporcionando acceso a libros electrónicos y a otros contenidos digitales en las comunidades de bajo ancho de banda”. La Library for all (Biblioteca para Todos) fue fundada para aquellos que tienen poco o ningún acceso a los libros en los países en desarrollo.

Rebecca McDonald: «La mayoría de las escuelas tienen menos de 30 libros y estos libros son tan preciosos que no se les permite salir de la escuela. ¡Imagínese si todo arco del conocimiento disponible para usted, fueran sólo 30 libros! «.

Lo que se logró fue recaudar para construir una plataforma de biblioteca digital para hacer frente a la falta de acceso a los materiales educativos de calidad en los países en desarrollo.

Park Slope North – Helen Owen Carey – Child Development Center Library Project:  El ark Slope North (Helen Owen Carey) Child Development Center (PSN-CDC) es un preescolar sin fines de lucro que sirve a las necesidades de las familias, de una amplia gama de niveles socioeconómicos y culturales en Brooklyn y más allá, con fondos de la Administración de Servicios para Niños que da apoyo, aproximadamente, al 50 por ciento del alumnado. El Comité Asesor de Padres (PAC), en conjunto con el nuevo director del centro pensaron en este proyecto para crear una nueva biblioteca y espacio polivalente.

El Archivo Nacional de Reino Unido empezó la digitalización de los diarios de guerra de la primera guerra mundial.
El proyecto de digitalización continuó a través de una campaña de crowdsourcing. Operation War Diary pide a todo aquel que pueda y le interesa, ayudar en el etiquetado de personas, actividades, lugares, etc. que puedan ser reconocidos. Sabían mucho acerca de la información básica: las unidades a las que los diarios que se refieren, los intervalos de tiempo, pero más allá de eso, faltaban datos tales como: cuántas personas se nombra en los diarios, etc.

Para ello, elaboraron un tutorial de diez minutos que te guía a través del proceso de etiquetado. El resultado sería una nueva base de datos, Discovery que puede resultar útil para historiadores, investigadores y todo aquel que esté interesado en el tema. Hubo un llamado particularmente especial para historiadores aficionados en pos de poder descifrar las referencias del medio millón de personas nombradas en los diarios. Utilizaron la plataforma zoonuniverse, página donde podrán ver otros proyectos similares y no tanto.

El University of Iowa Museum of Natural History tiene una colección de alrededor de 130.000 ejemplares. Cada uno de ellos está acompañado de una información pero que está escrita a mano por lo que es difícil rastrearla, buscar y encontrar esa información fuera de ese espacio. Entonces, decidieron llevar a cabo un proyecto en colaboración con el proyecto UI Libraries’ DIY History para transcribir toda la información que se encuentra manuscrita en los huevos (sí, escucharon bien). El personal del museo seleccionó una colección de huevos de ave, con tarjetas de identificación escritas a mano. Esto es lo que los voluntarios debían transcribir.

Lo importante en estos trabajos voluntarios es su objetivo final y es lograr que la información, al devenir digital pueda ser fácilmente hallada, investigada en profundidad y utilizada por cualquier científico, en cualquier lugar, etc. Recuerden siempre el concepto de ubicuidad que permite lo digital.

AnnoTate es una herramienta de crowdsourcing de transcripción desarrollada para permitir a los voluntarios leer y transcribir los documentos personales de artistas nacidos en Gran Bretaña y emigrados. Extraídos del mayor archivo del mundo del arte británico – el Tate Archive – los participantes pueden ayudar a proporcionar transcripciones completas de los documentos escritos a mano, ayudando a revelar la inspiración y las historias detrás de algunas de las más grandes obras del siglo pasado. La Tate también utilizó la plataforma Zooniverse.

La Biodiversity Heritage Library (BHL) es un consorcio internacional de 20 bibliotecas de historia natural y botánica que se encuentra dentro del Smithsonian. Desarrolla varios proyectos a través del crowdsourcing (taggear, etiquetar imágenes; transcribir y digitalizar documentos y manuscritos, etc.) recrutando voluntarios a través de posts en su blog, en las redes sociales, en presentaciones, etc. pero vamos a describir uno que, definitivamente, le dio una vuelta de tuerca a la cosa: el proyecto Purposeful Gaming and BHL lanzó dos videojuegos: Smorball y Beanstalk. El objetivo es divertirse mientras ayudan al consorcio. El mismo explora cómo los juegos pueden ser usados para motivar la participación de la gente en los esfuerzos de crowdsourcing en bibliotecas y museos.

En ambos juegos, el sistema es similar: transcribir pequeños textos que sirven para hacer un doble check-in de otras transcripciones hechas ya por el consorcio. En uno se hace crecer habichuelas, y en otro, se entra a un gran concurso. Especie de zanahorias adelante del caballo. Un ejemplo bastante interesante de gamificación. Un modo “divertido” de comparar transcripciones automáticas con transcripciones humanas. Pero para hacer una transcripción lo más perfecta posible, también se han puesto, diríamos, humanos a competir con humanos para que verifiquen ambos las mismas frases.

Spencer Fullerton Baird Index of Correspondence, 1850s-1870s: desde la década de 1850 hasta la década de 1870, el segundo secretario del Smithsonian, Spencer F. Baird, se acercó a los naturalistas y coleccionistas de todo el mundo en busca de establecer una colección nacional inigualable. Escribió miles de cartas al año y mantuvo una lista de estos corresponsales en un atlas, identificando sus nombres y la organización de ellos según el lugar donde vivían. La tarea: la famosa transcripción…

En general, una de las claves del éxito en estas campañas es no excederse en el pedido. Este hecho, por supuesto que es más lógico cuando se habla de plata, pero también habla de no abusar de los “invitados”.

Fracasar también puede ayudar a repensar en profundidad qué proceso o metodología se utiliza en cada caso o necesidad.

Este tipo de “inteligencia colectiva”, como se pudo ver, no tiene que ver solo con juntar plata sino también con trabajo intelectual. En ambas ocasiones se intenta recaudar colaborativamente, coparticipar de un proyecto, ser parte de… Y las bibliotecas no pueden quedarse afuera.

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