Ya hemos hablado del crowdsourcing y de otras modalidades que apelan al lector y/o usuario a intervenir, a cocrear, a “pertenecer”. Y hoy, en referencia al día de los enamorados, el día de San Valentín, tenemos algunas cositas para contar:
La Europeana lanzó un proyecto para transcribir el texto de las cartas de amor digitalizadas de la Primera Guerra Mundial.
¿Qué es la europeana? Así se presentan ellos mismos: “Tanto si vienes aquí en busca de inspiración, para investigar, buscando el siguiente diseño para tu taza de café o solo para curiosear, esperamos que encuentres lo que buscas entre los 45 millones de objetos que guardamos. (…). ¡Transformamos el mundo a través de la cultura! Queremos aprovechar el enorme patrimonio cultural Europeo y que la gente pueda usarlo fácilmente para su trabajo, su aprendizaje o por puro placer».
El proyecto que mencionábamos se llama Transcribathon (y que evidentemente hace referencia a todo lo que implica un tón: maratón, hackatón…) y se define de la siguiente manera: “(…) ¿qué sucedió con las parejas destrozadas por la guerra, sin saber cuándo, o si se verían de nuevo? A medida que la Primera Guerra Mundial irrumpía, también lo hacían los corazones de los maridos, esposas y amantes de Europa. Para hacer frente a la separación, muchos soldados enviaron cartas largas y románticas a sus seres queridos (…). En la Love Letter Run, te presentamos historias de romance y traición, de lujuria y anhelo, desamor y nuevos comienzos (…) de experiencias reales y vividas. The Run no es una competencia separada, sino una selección permanente y actualizada periódicamente de documentos, escogidos a mano para que tus emociones corran y tus corazones bombardeen el Transcribathon. (…) Traiga los corazones de los hombres y mujeres de WW1 de vuelta a la vida mediante la transcripción de sus historias de amor”.
Ya vimos algo similar: El Archivo Nacional de Reino Unido empezó la digitalización de los diarios de guerra de la primera guerra mundial. El proyecto de digitalización continuó a través de una campaña de crowdsourcing. Operation War Diary pide a todo aquel que pueda y le interesa, ayudar en el etiquetado de personas, actividades, lugares, etc. que puedan ser reconocidos.
O el de University of Iowa Museum of Natural History tiene una colección de alrededor de 130.000 ejemplares. Cada uno de ellos está acompañado de una información pero que está escrita a mano por lo que es difícil rastrearla, buscar y encontrar esa información fuera de ese espacio. Entonces, decidieron llevar a cabo un proyecto en colaboración con el proyecto UI Libraries’ DIY History para transcribir toda la información que se encuentra manuscrita en los huevos (sí, escucharon bien). El personal del museo seleccionó una colección de huevos de ave, con tarjetas de identificación escritas a mano. Esto es lo que los voluntarios debían transcribir.
Pero empecemos por el principio:
Prosumidores, audiencias creativas, colaboradores … . Lo que estos neologismos tienen en común es la noción de que los usuarios son activos y que están socialmente conectados, y que reflejan un gran entusiasmo y compromiso en la contribución a la cultura al compartir, crear y remezclar contenidos en línea.
Un detalle importante, a la hora de hacernos este “favor” mutuo es que, al estimularnos a participar y, haciéndolo, estimulándonos a conocer el museo y su colección o una biblioteca y su catálogo… en todo este proceso de reinvención, resignificación, coproducción, etc. los contenidos y conceptos generales y particulares de la cultura son, seguramente, mejor aprehendidos. Es decir que la comprensión de los conocimientos que el contenido provee es mayor. Y eso, eso no tiene precio.
La idea de un proyecto como éste da como resultado otra cosa interesante: el compromiso, el permanecer, el sentirse parte, el “pertenecer” porque, en definitiva, transcribir una carta de amor es algo muy personal. Resumiendo, lo que hace la Europeana es aprovechar esta capacidad de “user generator content”, de usuario y generador de contenido, de modo estratégico para lograr la fidelización del visitante/lector/usuario independientemente del nivel de participación del mismo a partir de un pedido “amoroso” pero útil a la vez.
La realidad es que cuando el día de San Valentín termine, La Europeana contará con un trabajo humano que no tiene precio y que, posiblemente, le hubiera llevado mucho tiempo y dinero.
Esta capacidad de reunir al conocimiento humano en función de un objetivo común, la vimos también en la estrategia a la que denominamos Foldit y que tiene que ver con esta participación del usuario en favor de la ciencia. Les dejo el enlace en el que nos explayamos sobre el tema.
¡Ay, el amor!… el amor mueve montañas, museos, bibliotecas, corazones rotos, corazones enamorados… Sería tonto desperdiciar tanta energía. ¡Feliz día de San Valentín!
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