Blank Paper Escuela nace en 2006 con la vocación de ofrecer una renovada formación fotográfica desde la experiencia de los miembros del colectivo y de otros creadores, y con la intención de servir de plataforma a fotógrafos emergentes. La Escuela, además, desarrolla un amplio programa cultural como la organización de exposiciones de nuevos fotógrafos, conferencias, proyecciones o presentaciones de libros… convirtiéndose en un lugar de encuentro para fotógrafos, creadores, estudiantes y público en general interesado en la fotografía.
Dicha escuela ha creado lo que se dado en llamar Book jockey: “BookJockey es un formato nuevo y experimental para mostrar y disfrutar de los fotolibros. Una sesión de BookJockey es como una sesión DJ, pero con libros de fotografía, enseñando y mezclando libros para crear una ‘historia’, invitando al público a sentirlos y disfrutar de ellos”.
La verdad verdadera es que intento entender por qué la gente cree que poniendo una palabra nueva, se crea un hecho nuevo. Grabar en un video un libro de fotografía no me parece nuevo pero me parece un modo. Pero decir que se es disc jockey y que se crean historias a partir de las merzclas de los libros y fotos que se van mostrando, me parece, de verdad, mucho. Intentaré objetivamente, igual, mostrar lo que es y dar un par de definiciones y explicaciones sobre el concepto, citando a los propios creadores o representantes más conocidos.
BookJockey es un formato abierto, no tiene una estructura definida, cada BJ es libre de imaginar y poner en práctica su propia idea de ‘sesión BJ’, (…). Animamos a cualquiera, fotógrafo o no, que quiera participar como BJ o como organizador, a que haga suyo el formato y envíe su propuesta para ayudar a difundirla desde el blog de la escuela.
Julián Barón (Castellón, 1978), miembro del colectivo, «pincha» libros. Julián también es BookJockey, mezcla todos libros de su biblioteca personal.Y cuenta: «intento que cada sesión se ajuste al contexto dónde se realiza, y en algunos casos he utilizado música. En diciembre realicé una instalación BookJockey en la feria Fiebre Photobooks de Madrid, que estaba compuesta por 10 proyecciones de fotolibros que giran en torno a la idea de construcción de Europa, bajo el título de Eurobooks. Para dicha sesión realicé junto a mi amigo Vargas una pieza sonora».
Según la estructura interna que le ha dado el autor del libro, puedes plantear el ir de principio a fin, o centrarte en una parte y enlazar con otro libro. Cada libro te ofrece muchas variaciones posibles y cada BJ plantea los ritmos de la sesión.
Respecto al formato, le preguntaron, «¿Un BJ puede empezar a pinchar libros digitales?«. «Seguro», respondió Julián, «de hecho en la sesión del sábado pincharé un libro digital en APP y sus variaciones en papel periódico y offset.»
Miren Pastor también hizo lo suyo y fue presentada de la siguiente manera: «La artista empleará este formato experimental para hilar una historia en la que analiza diferentes maneras de interpretar la realidad que nos rodea, a través de foto-libros (…)».
Posiblemente no esté capacitada para «entender” o “disfrutar” de este concepto. No lo sé. Pero, en todo caso, no lo voy a alabar. Lo cual no significa que no deje de interesarme hacerles llegar nuevos términos y, el Bookjockey, definitivamente, lo es. Cada uno dirá si me equivoco o no. Pero para mí, en todo caso en los pocos ejemplos que vi, no sentí que me contaran ninguna nueva historia. Me pasa un poco como cuando todo era remix. Sumar, superponer, etc. no significa necesariamente crear algo nuevo. Insisto. Posiblemente no lo supe captar. Pero no veo la diferencia entre «bookjockear» y grabarme pasando hojas de libros o de fotolibros. Cuando este recorte se haga de una manera consciente, como los buenos remix en los que realmente se sumaba algo a los fragmentos originales, me avisan y me retracto.
Por ahora, solo informo de este nuevo término/concepto. Pero que quede claro: nominar no siempre es crear.
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