En el post anterior, empezamos a esbozar sobre la participación social, la ayuda, el compromiso que un bibliotecario comienza a dar, más allá de su labor específica en tanto referencista y motivador de la lectura.
Hablamos de dos aspectos diferentes: uno, la formación, capacitación, etc. y otro, el de la ayuda social, de inclusión, que, aunque la capacitación o la lectura cumplan con una función de este tipo, difiere radicalmente en el modo, instrumentos, etc. que se utilizan para una u otra acción.
Volveremos a hablar de las dos posibilidades, en posts diferentes. Empecemos por el primero.
Capacitación, formación alfabetización digital (o no)
¿Por qué si hablamos de “auto” formación, insistimos en la importancia del bibliotecario?. Porque, definitivamente, y según lo que conté en post anterior, es evidente que aún cuando uno decida cursar un estudio por sí mismo, en la soledad del ciberespacio, eso no es tan así. Necesitamos sugerencias, pistas, recomendaciones. Es verdad que uno podría encontrar un curso por sí mismo, pero es evidente que si alguien conoce los cursos existentes y entiende nuestras necesidades, podrá señalar las posibilidades más adecuadas y ahorrarnos la pérdida de tiempo que eso implicaría y, más que nada, ahorrarnos la decepción y la motivación que se va perdiendo a través del ensayo/error de cursos que nada tienen que ver con nuestro objetivo y capacidades.
Una cosa son los dispositivos, programas, bases con los que cuenta la biblioteca. Ese es un dato objetivo en el que casi no interviene el factor humano (aunque allí mismo también podríamos aducir que fue un bibliotecario, que, a partir de prestar atención a los pedidos del usuario, ha adquirido, tecnología pertinente) pero una vez que contamos con cierta cantidad de material, el factor humano, la experiencia del bibliotecario es insustituible.
Hay otro tipo de auto formación en el que el criterio es aprender de un par (individuos de un mismo grupo o de una misma identidad) a veces llamado, también, aprendizaje horizontal, lo que implicaría un trabajo entre colegas, en ocasiones, del exterior mismo de la institución, muy de moda, justamente a través de las redes sociales que permiten interactuar y aprender unos de otros, lo que se conoce como peer to peer.
Con el apoyo de la Knight Foundation, Peer 2 Peer University y la Chicago Public Library, se hospedó el proyecto “Learning Circles for individuals» para quienes querían cursa son line, en colaboración, pero en vivo, en bibliotecas físicas.
Especie de grupos de studio que fueron apoyados, en su transcurso, para cursar estudios on line.
Resumiendo: cursos on line, con soporte físico de profesionales universitarios, bibliotecarios (facilitadores) y un espacio real en la biblioteca, un espacio acogedor y de garantía y con material de estudio a disposición (analógico y digital) para el desarrollo de la auto formación.
En 2015, 4 cursos de desarrollaron a través del sitio de las bibliotecas de Chicago. La organización de los cursos estuvo a cargo de un miembro de la comunidad. Se dieron cursos de programación en Python, escritura universitaria, matemáticas y expresión oral, todos utilizando los contenidos de forma gratuita que se encuentran on line en los catálogos de la bibliotecas. Esta ayuda física y real dió buenos resultados: la gente no abandonó sus cursos que es lo que, habitualmente se hace, al emprender un estudio a distancia o virtual y, por sobre todas las cosas, el aprendizaje no resultó una actividad solitaria sino, todo lo contrario.
Otro ejemplo similar es el de la la Médiathèque de Languidic (Morbihan) con la start-up Steeple.Esta es una red social creada por estudiantes de Rennes que ofrece a los miembros de una misma comunidad (escuela, biblioteca …) la posibilidad de compartir un objeto, servicio o una experiencia en una plataforma común. Una especie de combo entre un anuncio de pared y una red social. Uno accede a una suerte de cartelera con una lista de propuestas geolocalizadas de los miembros de la comunidad. Puedo entrar en contacto con ellos e intercambiar, por ejemplo, curso de yoga por ayuda en informática, pedir prestado un taladro a otro estudiante del campus, o quedar para una salida en kayak. Para la Mediateca de Languidic, el objetivo fue, claramente crear un espacio de intercambio y redes a través de una herramienta digital seductora, convocante.
Los Mooc
Las mejores universidades del mundo están ofreciendo gratuitamente algunos de sus cursos en línea. La Online Computer Library Center (OCLC) organizó, en 2013, el evento “Massive Opportunity or Overwhelming Challenge?» para discutir sobre cómo las bibliotecas pueden ser parte de esta nueva corriente de los cursos masivos on line (Mooc).
También hay un grupo en Facebook MOOC: Cursos abiertos masivos y en línea que tiene como frase: “MOOC: Massive Online Open Course. Cursos abiertos masivos y en línea. Un nuevo campo que se abre ante nuestros ojos ¡Bibliotecas, al ataque!”.
Explicar la función de la Biblioteca en este contexto de capacitación, tiene muchas aristas: la función del bibliotecario como profesional, la función de la biblioteca como espacio físico en tanto poseedora de ciertas herramientas (desde conectividad a software especializados para usar).
El Bibliotecario se presenta como mediador, “traductor”, guía. Y la biblioteca como espacio físico pero también como referente o espacio calificado que garantiza, avala, la seriedad académica de la experiencia.
Edificio y bibliotecario devienen, respectivamente, curadores y guardianes de una actividad que, posiblemente, no sea específico de la profesión y del lugar pero que, sin embargo, garantiza la alfabetización.
Es por eso que los cursos no deben limitarse a temas específicos sino a herramientas que permitan buscar, por uno mismo, esos temas específicos. Ejemplo: un mooc sobre plantas carnívoras debería ser dado por un especialista del tema o pensado para una biblioteca especializada en botánica. Sin embargo, toda biblioteca podría ser sede y todo bibliotecario podría ser mediador de un curso sobre cómo encontrar redes sociales o buscadores especializados en botánica que nos permitan, a nosotros mismos llegar al mismo resultado.
Estamos buscando un Mooc. Por qué no preguntarle al bibliotecario ya no por el Mooc sino por el cómo buscar mooc… (buscadores especializados: buscador de Mooc).
Las bibliotecas hoy, son un lugar de encuentro, de personajes “analógicos” (entrevistas con autores, salas para los más pequeños, cursos presenciales sobre alimentación, yoga, etc.) y de personajes “digitales» (cursos de ofimática para tercera edad, cacería del tesoro digital en los catálogos on line, etc.). Y los bibliotecarios… los nuevos mediadores. Entre lo analógico y lo digital, entre el saber y el enseñar a aprender, allí se erige el nuevo profesional.
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