Hace más de un año que los artículos de Documotion hacen referencia a la inclusión de las nuevas tecnologías casi exclusivamente en museos. A partir de ahora, comenzamos con el mundo de las bibliotecas. La pregunta natural es ¿por qué?
La verdad es que todo ámbito cultural me resulta interesante y mi propia historia da cuenta de ello. Soy Licenciada en Letras pero mi etapa universitaria empezó en la carrera de Historia del Arte. Trabajé como docente de Lengua y Literatura pero en el mismo período, me ocupé de la investigación para el libro Escritos y papeles privados de Antonio Berni, bajo la supervisión del ex Director del MALBA y curador Marcelo Pacheco. Y por último, hice mi tesis del stage para mi título de documentalista multimedia, unos meses de trabajo y una beca en la Biblioteca pública de Información (Bpi) de uno de los centros de arte más importante del mundo, el Centre George Pompidou.
Evidentemente, la línea entre Literatura (o libros) y Arte, en lo personal, es muy fina. Casi imperceptible. Y es por eso, que me permito transitar esa línea casi invisible con la misma autoridad. Posiblemente ninguna, pero en todo caso, pareja.
Es indudable, además, que considero que ambos hábitats (y aledaños) comparten el aspecto social: tanto las bibliotecas como los museos u otro espacio cultural o centro de documentación, cada vez más desarrollan un trabajo de acogimiento que implica algo más que prestar un libro.
Una muestra de la compatibilidad podría estar dada con una prueba muy fácil: sacando, por supuesto, los ejemplos específicos, todas las conclusiones u observaciones podrían replicarse en los nuevos artículos. En cada uno de ellos en los que escribí la palabra “museo”, estoy convencida de que podría ser reemplazada por la palabra “biblioteca” (o centro cultural, o…). Tendría, efectivamente, que probar. Pero estoy casi segura.
Y por si esto fuera poco, agregamos la tecnología a la que incluyo de manera transversal que significa, justamente, un elemento que atraviesa, en este caso, museos, bibliotecas pero que bien podría atravesar cualquier otro espacio que ni siquiera perteneciera al ámbito de la cultura. La tecnología funciona, para mí (como contenidista y no como tecnóloga) como una herramienta y como tal, cualquier área, asignatura, campo, etc. puede hacer uso de ella.
Y ahí está la palabra que permite englobar todo.: la CULTURA. Porque, sea a través de una obra pictórica, musical, un libro, etc., la cultura es la expresión de un pueblo, insisto, sea cual sea su forma, su herramienta, su plataforma, su musa. Y como todo concepto que engloba a otros, presenta algún elemento en común que los unifica.
Respondo entonces, a la pregunta con que inicié el post. ¿Por qué? Porque para mí, un libro es una obra de arte y una obra de arte es siempre un libro abierto. Y punto.
Se viene el relevamiento de bibliotecas a partir de la inclusión de lo digital: gamificación, redes, apps, realidad aumentada, plataformas, e-books, lectura digital… Se viene.
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